Diez de las veintiún personas capturadas por la investigación de presuntas torturas, homicidios y abusos sexuales en fundaciones de Bucaramanga quedaron en libertad. La Fiscalía General de la Nación apeló esta decisión del juez.
¿Por qué quedaron libres los implicados en caso de fundaciones de Bucaramanga?
Una semana duraron las audiencias de judicialización de 21 personas capturadas en medio de varios allanamientos simultáneos en el departamento de Santander por presuntamente liderar e integrar fundaciones que prometían rehabilitar a personas adictas a drogas y el licor. La Fiscalía solicitó ante un juez la reclusión en centro carcelario para todos los investigados, pues se trata de 8 homicidios y más de 500 víctimas de tortura, secuestro y abuso sexual.
Sin embargo, el togado consideró que estas diez personas tenían una responsabilidad menor en los hechos cometidos en las fundaciones de Bucaramanga. Los liberados se desempeñaban como psicólogos, socios, personal de aseo y secretarias.
El fiscal del caso apeló la decisión del juez, argumentando que representan un peligro para la sociedad y para el avance de la investigación.
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Pruebas que presentó la Fiscalía en el caso de las fundaciones de Bucaramanga
Testimonios, fotografías de las condiciones precarias en las que vivían los pacientes y un video del llamado cuarto de la reflexión, presunto escenario de abusos y denuncias de quienes lograron sobrevivir, formaban parte del material probatorio.
Una de las víctimas declaró que uno de los detenidos “me llevó a un pozo que dizque a bañarnos y yo iba un poco dopada, y a la mitad del camino me dijo que me bajara a los pantalones”.
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En otro video se vio a un paciente, tendido en el piso, narrando cómo lo amarraban de pies y manos a las patas de la cama. Dijo que era “la famosa terapia, para cambiar”.
Nhora del Carmen Robles, madre de Abraham Josué Chía Robles, una de las ocho personas que falleció, según la denuncia, por las torturas que le infligieron en una de las fundaciones de Bucaramanga, le contó a Noticias Caracol en vivo el suplicio que vivió su hijo de 27 años.
Al comienzo "me ofrecieron el cielo. Que había terapista ocupacional, psicólogo, psiquiatra, personas que los iban a preparar, que les iban a tratar su problema de acuerdo a lo que fuera", comentó la mujer.
Sin embargo, a los 8 días la llamaron para informarle que el joven había fallecido. "Lo matan entre tres que no aceptaron que les hablara de la Biblia", dijo la mujer, quien sostuvo que a su hijo lo metieron a "esa famosa habitación de 'reflexión', sin ninguna necesidad, porque él no era drogadicto, no era adicto a nada, él lo que tenía era un problema de emociones".
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