El trabajo de los perros
en empresas de seguridad privada ha sido un tema que ha generado polémica para los animalistas, quienes solicitan que esta práctica sea prohibida. Por otro lado, esas compañías insisten en la importancia de los caninos para el cuidado de la sociedad.
Sin embargo, este no ha sido el único trabajo que se les ha asignado a los perros, pues gracias a su superioridad sensorial, estos animales han sido utilizados como guías, rescatistas y guardianes.
Guillermo García Realpe, vocero de la empresa de seguridad privada Ecos, cuenta que en la actualidad hay alrededor de 6 mil perros al servicio de empresas en todo el país, de razas específicas que han sido criados y entrenados técnicamente para el acompañamiento de los humanos.
“Las facultades especializadas de los animales han permitido encontrar personas desaparecidas en terremotos y derrumbes”, comenta el exsenador.
El vocero asegura que estos animales reciben toda la atención médica requerida por parte de centros especializados en el cuidado de las mascotas y que deben cumplir jornadas máximas de trabajo, correspondientes a 8 horas diarias.
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Pese a esto, la ciudadanía se ha mostrado inconforme, dado que, en algunos casos, a los perros guardianes no se les garantizan todas las condiciones de trabajo, exponiéndolos a largas jornadas sin descanso ni alimentación. Cosa que han tildado como maltrato animal.
Luis Domingo Gómez, defensor de los derechos de los animales, asegura que este es un tema que debe ser revisado, dado que existe una normatividad en la que se catalogan los caninos como elemento de seguridad, siendo estos reconocidos como un activo de las empresas.
Según la regla estándar en la contratación de los animales, estos deben trabajar desde los 12 meses hasta los 8 años y una vez superado ese tiempo, se puede evaluar la posibilidad de renovar su labor por 2 años más.
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“El criterio de bienestar animal se estandariza, no se tienen en cuenta las características ni el ciclo de vida de las razas de los perros”, cuestiona Gómez. Adicionalmente, propone que los humanos que se hagan cargo de los animales, pasen por un entrenamiento de bienestar y protección animal que los certifique como personas aptas para su cuidado.