De una plaza de mercado a ser inspiración para conductoras de carga: la historia de La Mulera
Julie Huertas Aponte, conocida en redes sociales como La Mulera, ha logrado un importante lugar en el gremio del transporte a punta de berraquera y tesón. Esta es su historia.
Julie Huertas, La Mulera, empezó a construirse no solo como una conductora, sino también como una imagen en redes sociales -
El día para Julie Huertas inicia cuando el sol aún no aparece por el este y finaliza muchas veces cuando el sol vuelve a aparecer al día siguiente; ese es el sacrificio de La Mulera –como es conocida en redes sociales Julie Huertas-. Esta madre soltera
busca con cada recorrido en carretera darles un mejor futuro a sus hijas y cumplir su sueño al estar frente al volante.
A sus 42 años, esta boyacense ha logrado hacerse un lugar en el gremio transportador por su valentía, tesón y berraquera. En muchas carreteras del país ya es reconocida como una de las pocas mujeres que conduce un vehículo de carga, aunque el camino que ha labrado estuvo lleno de altibajos y no fue fácil decir ‘no más’ al ser víctima de violencia intrafamiliar por muchos años.
Cuando Huertas tuvo la oportunidad de salir de su pueblo a perseguir sus sueños, no lo dudó y, aunque empezó trabajando en un puesto de una plaza de mercado, esperaba que en algún momento su anhelo de conducir un vehículo de carga se hiciera realidad.
A diferencia de muchas niñas, ella no jugaba con muñecas, sino que mostró su gusto por los carros desde que tiene memoria, pero claro, no cualquier carro, sino vehículos de carga. “Yo decía: ‘Quiero ser transportadora, yo quiero manejar un tractocamión’”, contó la mujer.
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Migró a Bogotá para buscar mejores oportunidades
Su camino en la ciudad, lejos de su pueblo natal, fue desde el comienzo una lucha constante por salir adelante y tener un mejor futuro. “Entonces vine a estudiar en el Sena, que era la única posibilidad que en ese momento tenía, y me puse a trabajar. Llegué a trabajar a Codabas, en el norte (de Bogotá)”, dijo Julie Huertas Aponte, conductora de vehículos de carga, en diálogo con Noticias Caracol.
Instagram @la.muleraa
Aunque en ese momento no conducía ningún vehículo pesado, Julie mantenía su sueño intacto. Sin esperarlo, el amor llegó a su vida dibujado en un hombre que no solo se convirtió en su esposo, sino en su camino más cercano hacia su anhelo. “Conocí al papá de mis hijas y él era transportador; yo dije: ‘Aquí es la oportunidad, aquí voy a aprender’. Pero nunca me enseñó, no tenía la paciencia y no se dieron las cosas. Tuve mi primera hija y me dediqué al hogar”, manifestó la mujer.
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Con la llegada de su segunda hija, Huertas decidió pasar su tiempo en familia y luchar por el bienestar de ellas. Sin embargo, sufrió de maltrato familiar de parte de su pareja, en ese momento, por cerca de 15 años; hasta que finalmente decidió separarse y sacar adelante a sus hijas, sola, pensando que la vida la alejaba cada vez más de sus sueños.
Con más responsabilidad y gastos económicos sobre su espalda, la mujer tuvo que regresar a trabajar en la plaza de mercado. Narró con melancolía que tuvo que pasar necesidades y que lo poco que ganaba no le alcanzaba para darles lo suficiente a sus pequeñas. Su prioridad siempre fueron sus hijas, aunque en el fondo del corazón mantenía el anhelo de poder conducir en algún momento.
“Un día apareció un amigazo y me dijo: ‘Hágale, yo le enseño’ (a conducir tractocamión) y me decía: ‘Juli, ¿a usted lo que gana le da para vivir? (...) En la vida hay que hacer sacrificios y eso también le va a enseñar a sus hijas’. Él me echó la mano y ahí tomé la decisión: me fui un 31 de octubre a viajar”, recordó la conductora.
Ese amigo fue para Julie su salvavidas en medio de un naufragio que parecía quitarle las esperanzas de tocar tierra. Y con su ayuda, confirmó que conducir era vida para ella. “Ahí dije: ‘Esto definitivamente es lo que yo amo hacer, lo que yo siempre esperé hacer, lo tenía en mi mente y era lo que quería’. Paré mi sueño y no me arrepiento porque tuve a mis hijas y les di un hogar, pero cuando lo empecé a hacer, supe sin duda alguna que amo ser conductora de vehículo de carga pesada”, acotó.
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Julie empezó a construirse no solo como una conductora, sino también como una imagen en redes sociales, junto con su característica tractomula rosada, a la que sus seguidores nombraron como La Barbie. Este vehículo fue otra señal que la vida le puso en el camino, pues, así como ella estaba saliendo de una tormentosa y violenta relación con su expareja, la tractomula estaba siendo reparada tras un accidente en el que se había visto involucrada. La misma Julie aseguró que sin pensarlo “la tractomula me estaba reconstruyendo a mí, mientras yo la reconstruía a ella”.
Los seguidores de La Mulera bautizaron a su tractomula con el nombre de La Barbie -
Instagram @la.muleraa
El tiempo de esta mujer empezó a dividirse entre los viajes por las carreteras de Colombia y sus hijas. El ser madre soltera le ha puesto en su vida muchos retos, pero lo que a su vez es su mayor debilidad también ha sido su más grande motivación.
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Trabajar por sus hijas
Hablar con Julie de sus hijas es su punto débil; sus ojos se aguan y su voz se quiebra. En cada una de sus palabras resalta los sacrificios que ha hecho para sacar adelante a las menores, pero también recalca que María José y María Fernanda han sido una bendición. “Dejar a las niñas es la parte difícil de este trabajo. Eso me pegaba muy duro. Ellas tienen el temor de que yo me accidente, me dicen: ‘Mami, si te da sueño, para, por favor, recuerda que nosotras te estamos esperando, que te amamos, mami, por favor’. Esas cosas pegan duro”, subrayó Huertas Aponte.
Mientras su corazón de madre se quedaba con sus hijas, su valentía de mujer viajaba con ella para enfrentar a aquellos hombres que no le permitían tener un espacio en el gremio. Pero con perrenque, como ella misma lo dice, les ha hecho frente a todas las adversidades que ha tenido que sobrepasar.
“No puedo generalizar que todo el gremio sea machista, pero nosotras invadimos, digo nosotras, porque ya somos varias mujeres transportadoras, invadimos ese espacio que era solamente de hombres”, acotó. Ella ha tenido que sobreponerse a comentarios de jóvenes y viejos que aún les cuesta asimilar que una mujer, con capacidades y aptitudes, pueda hacerse un lugar en este gremio.
De hecho, contó que le ha tocado cruzarse con jóvenes quienes la miran con prepotencia y le hablan vulgaridades: "Es muy triste. Ese machismo le pega a uno fuerte acá”.
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En medio de los cargues y descargues, trasnochadas y viajes por cientos de carreteras del país, La Mulera empezó a notar las problemáticas que han afectado al gremio, hasta incluso poner en riesgo la vida de los conductores en ruta.
“La inseguridad en carretera está fuerte, salen muchachos a la vía a atravesarse y nosotros los transportadores no salimos a herir a alguien. O son ellos o somos nosotros; muchas veces nos toca acelere, pase el carro y pídale a Dios que no haya tocado ningún muchacho de esos”, afirmó.
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Por otro lado, los inmigrantes también han representado un peligro para los conductores de carga. Huertas aseguró que muchas veces se suben a los carros sin autorización, evitando que el conductor se dé cuenta y no comprenden el riesgo que esto representa para sus vidas. Otros optan por viajar en las cargas que los camiones transportan y terminan, en muchos casos, dañando la mercancía o la misma carpa del vehículo.
La Mulera ha participado en concursos nacionales e internacionales
El talento y amor por los vehículos de carga han llevado a Julie a participar en varios concursos nacionales e internacionales, en los que su actuación en algunos, como la única mujer conductora, la ha hecho destacar y su sencillez se ha robado la atención en las redes sociales.
“Fui a una carrera en Tibaná; ese día tenía una camisa rosada, la mula era rosada y fui la última en participar. El comentarista me comparó con la carrera de Nairo Quintana. Hice una prueba muy buena; éramos 85 participantes, yo quedé de 26, fui la única mujer. Mi hija editó el video con la voz del comentarista y eso se disparó (en redes sociales). Yo llevo siete meses en las redes sociales y los seguidores los conseguí en dos meses, de 800 a 45.000 seguidores, y el resto les muestro cómo se carga, cómo se descarga y mantenimiento”, narró emocionada Julie Huertas.
La Mulera creó una imagen en redes sociales junto con su característica tractomula rosada -
Instagram @la.muleraa
Y agregó que, luego de esta participación, se animó a estar en una de las carreras más importantes a nivel nacional que se lleva a cabo en el Autódromo de Tocancipá. Allí compiten únicamente tres mujeres, entre 150 participantes. La Mulera clasificó de primeras, representando al género, y en dos días se ubicó en el puesto 36.
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En otro concurso que se realiza en Ubaté, Huertas aseguró que el cariño de la gente le llenó el corazón, se sintió como una modelo o actriz famosa, pero lo que más le impactó fue ver la admiración genuina de grandes y chicos y conoció historias de vida, en las que, sin saberlo, ella fue inspiración para seguir adelante.
Su talento no solo se quedó en el ámbito nacional; La Mulera dejó su huella en México. Allí compitió en el Truck Fest Toluca, en la modalidad de carreras que se llaman Arrancones de Toluca. Su carisma y reconocimiento cruzaron fronteras y, sin esperarlo, fue recibida por fanáticos que asistieron al festival para poderla ver conducir.
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Julie acumula cinco años de experiencia en la conducción de vehículos de carga y su historia ha trascendido lugares recónditos del país, inspirando desde los más chicos hasta aquellos que, aun con décadas recorridas, tienen sueños sin cumplir guardados en el baúl.
Las primeras fans han sido sus hijas
Entre sus fans, están de primeras sus dos hijas: María José y María Fernanda. “Mi hija me decía lo mucho que le he enseñado a través de eso (el trabajo), la berraquera, el echarle ganas, que así no sea todo bueno, hay que verlo desde un punto de vista diferente, que hay que llorar, pero hay que secarse las lágrimas y echar otra vez para adelante. Mi hija me decía: ‘Gracias, mamita, por mostrarme eso; la admiro mucho’. Mi hija grande se encarga de hacerme todos los videos publicitarios y la pequeña me dibuja las tractomulas”, aseveró la mujer.
Este sentimiento es mutuo entre Julie y sus hijas, pues ella continúa recorriendo las carreteras del país entre cargas y descargas con la motivación de ser un ejemplo de coraje para sus hijas y buscando poderles brindar un mejor futuro.
“Lo hago con todo el amor del mundo y con todo mi corazón. Las quiero ver volar muy alto y estoy trabajando para pavimentar esa pista por donde van a volar. Con mi trabajo y con el amor que les tengo quiero verlas en lo más alto porque se lo merecen, por entender que nos tocó sacrificar tiempo, pero lo estoy haciendo por ellas. Las amo y les agradezco por darme toda la fuerza que necesito. Mil gracias por haberme elegido como mamá”, dijo La Mulera con la voz entrecortada.
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Y a las mujeres que, tanto como ella, tienen en su corazón el anhelo de conducir un vehículo de carga, Huertas Aponte les dejó un mensaje cargado de ilusión para que su historia pueda ser inspiración y fortaleza.
Así lo afirmó la conductora: “Cuando uno tiene ese deseo en el corazón, uno debe luchar por ese sueño, uno tiene que meterle el alma y hacer lo que a uno en realidad le gusta, porque muchas veces uno está donde le toca, pero no donde le gusta. No todo va a ser color de rosa, pero no desistan de su sueño. Yo soy feliz cuando me subo a la tractomula”.
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MA. FERNANDA LÓPEZ PERIODISTA DE NOTICIAS CARACOL IG: Mafe_loc