Una situación que generó roces entre un sacerdote y un grupo de jóvenes se presentó en el municipio de Ábrego, Norte de Santander . El cura del pueblo maldijo y trató de desgraciados a varios muchachos que desarrollaban una actividad artística cerca de la parroquia.
El incidente se presentó cuando en la iglesia Santa Bárbara de Ábrego se cumplía la eucaristía y, al mismo tiempo, unos jóvenes realizaban una presentación de baile en el parque local.
El sacerdote se molestó por el volumen de la música y maldijo a los organizadores del evento artístico.
"Una parranda de desgraciados, porque desgraciado es el que ha perdido la gracia de Dios y que no valora ni respeta la eucaristía. Y por eso, a los organizadores, una maldición", dijo Jesús Emel González, párroco de la iglesia Santa Bárbara de Ábrego.
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Las palabras del religioso generaron la reacción de los organizadores del evento.
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"Nuestras más sinceras disculpas por haber interferido inocentemente la eucaristía. La verdad que fue algo que se nos pasó por alto en un momento de tensión", afirmó Leydi Paola Ascanio, organizadora de la actividad.
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Algunos habitantes opinan que el regaño del cura fue acertado, mientras otros dicen que al religioso se le fue la mano con sus palabras.
“Como dice el sacerdote, es una falta de respeto porque era el momento en que estaban celebrando la eucaristía", dijo la feligrés María Celina.
"No fue la manera justa la del señor párroco de la iglesia de tratar a dichos asistentes", comentó, entretanto, el ciudadano Jean Franco Pérez.
Horas más tarde, tanto el cura como los organizadores del evento artístico se excusaron entre ellos por lo ocurrido.
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