El personal de carabineros de la Policía Metropolitana de San Juan de Pasto incautó 190 kilos de carne
de dudosa procedencia en el corregimiento El Encano. Las autoridades encendieron las alarmas para que la comunidad esté atenta a estas prácticas.
Los decomisos de los productos en mal estado se dieron en medio de inspecciones de rutina de los carabineros. En ellos se contó con el apoyo de funcionarios de la Secretaría de Salud del territorio.
En el corregimiento de El Encano, un pueblo turístico considerado como “la pequeña Venecia de Colombia”, las autoridades recibieron quejas de múltiples compradores, quienes denunciaron el ingreso de carne de dudosa procedencia a un establecimiento del municipio de Pasto.
Ante estos llamados se llevó a cabo un procedimiento de inspección a los productos en venta, mediante el cual se encontraron 190 kilos de carne no apta para el consumo humano. El alimento en mal estado fue decomisado, y se calcula que su valor comercial alcanzaba los 4 millones de pesos.
En otro caso aislado, ocurrido en el municipio de Chachagüí, la Policía llevó a cabo un operativo que terminó con el cierre de un establecimiento distribuidor que incumplía los protocolos, además de imponerle un proceso sancionatorio por sus falencias.
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De manera simultánea, las autoridades realizaron un encuentro con tenderos, propietarios de restaurantes y vendedores ambulantes, en el cual se informó a los diferentes actores del municipio los distintos planes de saneamiento planteados.
¿Qué pasa si se consume carne en mal estado?
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El consumir alimentos en mal estado puede ocasionar intoxicaciones alimentarias. Estas se producen por gérmenes o elementos dañinos presentes en las proteínas, granos, frutas, verduras o líquidos.
Aunque es más común la intoxicación por proteínas como el pollo, la carne también puede arruinarse en cualquier punto de la cadena de distribución, especialmente durante el transporte, la manipulación o el almacenamiento de la misma.
Los especialistas en alimentos recomiendan tener presente las fechas de caducidad y olor de las proteínas que se van a consumir.
En el caso de la ternera, los tonos verdosos o iridiscentes pueden ser un indicativo de contaminación o putrefacción. Con las proteínas de cerdo suele presentarse una capa viscosa y no es firme al tacto. En el caso de las aves, los colores grises y jugos gelatinosos pueden demostrar un deterioro de la pieza.