Según datos de la Procuraduría, en el primer mes de este año en el país se han registrado aproximadamente 21 casos de feminicidio, de los cuales 11 fueron perpetrados por exparejas de las víctimas.
Así mismo, la Defensoría del Pueblo recibió 1.310 denuncias de violencia contra la mujer durante los dos primeros meses del año. De estos casos, 59 están relacionados con intentos de feminicidio y se reportaron 9 víctimas fatales. Ante la preocupación por estas cifras, expertos en el tema aseguran que existen patrones y/o características que podrían ser de ayuda para identificar a un posible feminicida.
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Es importante destacar que no existe un perfil único que se relacione con un feminicida, sin embargo, sí se podrían identificar algunos rasgos de comportamiento y antecedentes que activen alarmas.
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La Mayor de la Policía Nacional, Viviana Alvarado, aseguró que un hecho de feminicidio se puede identificar mediante el ‘violentometro’, agresiones que van desde "una mala mirada, un empujón o una amenaza, lo que podría desencadenar en finales fatales".
Rasgos de una persona potencialmente feminicida
Según Feggy Ostrosky-Solis, directora del Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología de la UNAM en México, gran parte de los feminicidas podrían estar influenciados por diversos factores que afectan su comportamiento.
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En una entrevista para Notimex, Feggy aseguró que, aunque cada caso es completamente diferente, muchos feminicidas posiblemente fueron abusados sexualmente, lo que podría desencadenar en ellos la generación de fantasías aberrantes que van acumulando estrés hasta llegar a un punto de explosión.
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En línea con esto, la psicóloga Miriam González Juárez, señaló que algunos de los hombres que suelen ser amables y seductores, posteriormente intentan tomar el control total de la mujer para dar inicio a los actos de agresión tanto físicos como verbales.
Es importante recordar que estos rasgos no justifican ni excusan el acto de feminicidio, sino que pueden ayudar a identificar y prevenir situaciones de riesgo. Algunos de estos rasgos incluyen:
- Control y dominio: la persona feminicida suele tener una necesidad extrema de controlar y dominar a su pareja. Esto puede manifestarse en celos patológicos, vigilancia constante, y restricciones sobre las actividades y relaciones de la víctima.
- Violencia y agresión: un historial de violencia doméstica o abuso físico, emocional o sexual es común. La violencia puede escalar gradualmente hasta culminar en el feminicidio.
- Desigualdad de género: actitudes profundamente arraigadas de misoginia y creencias en la superioridad masculina. Estas creencias pueden justificar en la mente del agresor el uso de la violencia para mantener su "autoridad".
- Problemas psicológicos: algunos feminicidas pueden tener trastornos mentales como el trastorno de personalidad antisocial, trastorno de personalidad narcisista, o trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, no todos los feminicidas tienen diagnósticos psicológicos formales.
- Consumo de sustancias: el abuso de alcohol y drogas puede estar presente y puede aumentar la probabilidad de comportamientos violentos.
- Historial de trauma o abuso: en algunos casos, los agresores pueden haber experimentado abuso o trauma en su propia infancia, lo que puede contribuir a patrones de comportamiento violentos en la edad adulta.
- Amenazas y coerción: frecuentemente, los feminicidas utilizan amenazas de violencia o muerte para controlar a sus víctimas. Estas amenazas pueden ser explícitas o implícitas.
- Aislamiento social: los agresores a menudo aíslan a sus víctimas de amigos y familiares, aumentando su dependencia y vulnerabilidad.
- Celos extremos: una obsesión patológica con la infidelidad percibida, incluso sin fundamento, puede ser un indicador significativo.
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