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EnLa Guajira, el presidente Gustavo Petro y todos sus ministros se enfrentan a una profunda crisis humanitaria que ha acabado con la vida de 39 niños menores de 5 años, a causa de la desnutrición, y a comunidades exigiendo desesperadamente soluciones a la falta de agua potable.
“Le pedimos la solución definitiva de agua, que haya agua en todas las comunidades nuestras y así creo que minimizamos la tasa de mortalidad de los niños por falta de ese líquido, también le pedimos al presidente que tengamos oportunidades de trabajo”, exclamó Guillermina Epieyú, autoridad tradicional de la comunidad Los Ciruelos.
Le piden también al mandatario que atienda la ausencia de energía eléctrica en algunos municipios, mejore la seguridad hacia los destinos turísticos y busque soluciones a la falta de empleo.
El presidente Petro se encuentra con un departamento donde se han registrado cada mes protestas y bloqueos de vías, como la que se vivió en el kilómetro 28 de la vía Riohacha-Maicao, en plena Troncal del Caribe, donde las comunidades pedían el servicio de energía eléctrica y agua potable.
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Desde la ONG de derechos humanos Nación Wayuu pidieron al presidente hechos y no promesas ante la crisis humanitaria.
“Al presidente Petro, hechos concretos, soluciones inmediatas a la problemática que vienen padeciendo, por ejemplo, nuestros niños porque no es justo que en este departamento tan rico en recursos naturales tengan que seguir muriéndose niños por física hambre y sed, necesitamos que esta visita del presidente no quede de un evento más”, manifestó José Silva, director de la ONG Nación Wayuu.
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El panorama que presenta la Defensoría del Pueblo, basándose en las cifras del Instituto Nacional de Salud es preocupante. En los 6 meses que van de este año han muerto 141 niños, menores de 5 años, por causa de desnutrición infantil. La Guajira encabeza la lista con 39 casos, seguida de Chocó con 17 y Cesar con 10.
“En La Guajira, por ejemplo, cada cierto tiempo las entidades aparecen con paños de agua tibia y a las pocas semanas todo sigue igual. No puede seguir sucediendo”, señaló Carlos Camargo, defensor del Pueblo.
¿Cómo enfrentar este fenómeno que preocupa mucho y, según expertos, le ha quedado grande a las autoridades locales y nacionales?
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El Centro de Investigación y Observatorio de Salud en La Guajira de la Sociedad Colombiana de Pediatría da seis recomendaciones para de una vez por todas evitar la muerte de los niños, que en un 80% son indígenas de comunidades dispersas, en Uribia, Riohacha, Manaure, Maicao y Dibulla.
Primero está hacer una asignación adecuada de recursos, mejorar la infraestructura de salud y nutrición, educar a las comunidades indígenas dándoles acceso a alimentos nutritivos propios de la región, tener un sistema de monitoreo y evaluación efectivo y focalizar la cooperación internacional.
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“La fórmula terapéutica que está lista para el consumo está hecha a base de maní, un alimento que las comunidades indígenas no lo perciben como propio. Hay muchísima colaboración y cooperación intersectorial sin una agenda de gobierno clara. La cooperación podríamos decir que, a mi juicio, es una ayuda muerta”, dijo Iliana Curiel Arismendy, pediatra magíster en Salud Pública.
Noticias Caracol consultó a la actual administración de La Guajira, que reconoce el preocupante panorama de desnutrición infantil.
Un total de “12.133 niños de los cuales 101 niños se encuentran con desnutrición y los demás se encuentran en riesgo, lo que hacemos es que activamos una ruta inmediata y entregamos los niños al sistema de salud, para que puedan ser atendidos y puedan ser garantizados en su derecho a la salud”, dijo Diala Wilches, gobernadora (e) de La Guajira.
Pero precisamente ese enfoque es el que cuestionan los expertos.
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“El sector salud hace los esfuerzos para recuperar a los niños desnutridos, pero después los devolvemos al entorno que los enfermó y entonces eso se vuelve un círculo vicioso en el que el niño vuelve otra vez a los servicios hospitalarios porque está otra vez desnutrido”, señaló Curiel Arismendy.
El enfoque, según dicen, debería ser en mejorar vías, acceso al agua potable y también los centros médicos con servicios interculturales.
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