En menos de 24 horas, un policía y un soldado del Ejército Nacional fueron asesinados por francotiradores de las disidencias de las FARC y el ELN en la zona del Catatumbo, Norte de Santander.
No contentos con el asesinato del patrullero de la Policía, los criminales interceptaron el vehículo en el que transportaban sus restos para robar sus pertenencias.
El hecho ocurrió en medio de la evacuación del cuerpo del uniformado Jaison Jiménez Charrys, que fue asesinado en el corregimiento Las Mercedes, de Sardinata.
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En ese momento, los criminales violentaron el féretro y se habrían llevado el fusil de dotación y otras pertenencias.
“Hubo muchas dificultades para que fuese sacado a través de un cordón humanitario para que la familia le diera cristiana sepultura”, recalcó Enrique Pertuz, presidente del Comité Departamental de Paz de Norte de Santander.
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En San Calixto, el soldado profesional Jony Alexander Salazar también fue asesinado por un francotirador. Mediante un comunicado, el Ejército Nacional responsabilizó de este hecho al ELN.
“En el marco de este proceso de paz se hace un llamado para que se realice un protocolo que evite estas situaciones violentas de parte y parte”, manifestó Pertuz.
Entretanto, Silvano Serrano, gobernador de Norte de Santander, expresó su solidaridad con las dos víctimas mortales: “Rechazar vehementemente estos hechos que atentan contra el propósito de la paz. Por eso, respaldar el proceso de paz es fundamental y garantizar el cese del conflicto”.
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Las operaciones de las Fuerzas Militares se han desplegado en Norte de Santander para dar con los responsables de los atentados terroristas.
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Habitantes de Tibú, en Norte de Santander, repudiaron el asesinato de José Antonio Santiago, presidente de la junta de acción comunal Socuavo Norte, quien ya había sido víctima de otro atentado.
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Aunque contaba con esquema de seguridad asignado por la UNP, hace tres meses le habían robado la camioneta “quedando vulnerable”, denunció Indepaz.
La víctima había salido de una reunión con pobladores el sábado 4 de febrero con la comunidad cuando fue interceptada por hombres armados que le dispararon en la vereda La Serena, a cinco minutos del casco urbano de Tibú.
En la zona delinquen grupos delincuenciales como el ELN y disidencias de las FARC, entre otros, pero hasta ahora ninguno se ha adjudicado el crimen, dijo el defensor de derechos humanos Enrique Pertuz.
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