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En Medellín, ante el cansancio del personal de la salud a causa de las largas jornadas de trabajo en la pandemia del COVID-19, un grupo de médicos creó un robot que con inteligencia artificial realiza el proceso de pronación de los pacientes (ponerlos bocabajo) en solo dos minutos.
Esto debe hacerse cada 18 horas, multiplicado por el número de pacientes que lo requieren en cada turno. Así es como realizarlo una y otra vez ya está dejando secuelas y dolores físicos en el personal de la salud.
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“Hay pacientes más pesados y además de eso están relajados, entonces este procedimiento nos implica mayor desgaste y efectivamente la gente termina muy cansada, fatigada, aumenta todos los riesgos y las consultas y las incapacidades por ese tipo de cosas”, indicó Mauricio Giraldo, enfermero y jefe UCI en el Hospital General de Medellín.
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Para este proceso, se requieren aproximadamente cinco personas que deben concentrarse durante 15 minutos.
“Hay que poner mucho cuidado de no ir a desconectar las cosas que están velando por la seguridad del paciente y, si el paciente es un paciente grande, obeso, requiere mucho esfuerzo y de posibilidad de lesión en la espalda o las extremidades del personal que está haciendo este proceso”, señaló Lucas Ramírez, médico cardiovascular y encargado de UCI.
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Como solución, médicos inventaron un robot que con inteligencia artificial puede encargarse de este proceso, es capaz de reconocer la voz del intensivista, reconocer si el paciente está en riesgo y hasta se desinfecta automáticamente.
“Ese software también reconoce el paciente que está pronando, si es un hombre, si es mayor de 80 kilos, si no es mayor de 1.80 de estatura, si es una adolescente, etc. El segundo componente es que el robot tiene cámaras neumáticas y componentes hidráulicos que permiten levantar al paciente en forma escalonada”, explicó Alejandro Vargas Gutiérrez, médico epidemiológico.
Un proceso que antes requería cinco miembros del personal de la salud, ahora, con este robot, permitirá hacerlo con dos especialistas en dos minutos. Cada máquina tendría un costo de cerca de 11 millones de pesos.
“Entonces identificamos que esta fatiga de los intensivistas, de las enfermeras, estos riesgos de contagio y los riesgos de extubación se podían minimizar al máximo si diseñábamos un robot que hiciera el proceso de pronación por los especialistas”, manifestó Vargas.
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El proyecto, en el que participaron varios ingenieros e instituciones académicas, recibió el premio al inventor colombiano por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio. Sin embargo, necesitan inversionistas para hacerlo realidad.
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