Esta construcción, tal como estaba prevista, ponía en peligro la condición de patrimonio de la humanidad de la ciudad amurallada.
Este viernes se cumplió una audiencia en busca de solucionar el conflicto que ocasionó el proyecto, de 24 pisos, que afectaría la visual del castillo San Felipe.
Constructores plantearon la posibilidad de disminuir la altura de las cinco torres.
Con esa alternativa se evitaría la eventual obstrucción y se ajustaría a las nuevas normativas urbanísticas. Además, se solucionaría el compromiso de vivienda a unas 900 familias en Cartagena.
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“Se ejecuta dentro del mismo lote un proyecto distinto, con unas alturas distintas y un número de torres distinto”, explicó Juan Manuel González, abogado del proyecto Aquarela.
Para los compradores es una idea viable. Delegados de la Procuraduría, el Ministerio de Cultura y autoridades de Cartagena también consideraron conveniente la iniciativa.
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El tema sería definido en febrero próximo cuando se realice una segunda audiencia de cumplimiento.
En contexto:
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