A 495 kilómetros de Bogotá y a una hora de viaje por aire está la isla Gorgona, un paraíso natural del Pacífico colombiano.
Con más de 155 especies de aves, cientos de mamíferos y animales marinos, esta joya de la naturaleza enclavada en una de las zonas más biodiversas del mundo se encuentra por estos días en medio de una polémica que busca definir el futuro de este parque natural.
El proyecto "Construcción, operación, abandono y restauración de la estación de guardacostas en la isla Gorgona y obras complementarias", formulado en el 2010 y que ha traído una polémica entre ambientalistas y defensores de la construcción, tiene en vilo la ejecución de la subestación de guardacostas de la Armada Nacional.
“Este muelle sería decirle adiós al avistamiento de ballenas en la isla de Gorgona”, aseguró Juan Armando Sánchez, investigador de la Universidad de los Andes.
La Armada Nacional busca construir una subestación que contempla tres fases: la primera, la instalación de una antena que busca monitorear las embarcaciones que se acerquen a la zona; la segunda, la remodelación de las viviendas en las que se albergan sus hombres y mujeres; y la tercera la instalación de un muelle flotante.
Después de varios estudios e investigaciones, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) le otorgó en 2015 a la Armada las licencias para iniciar las tres etapas del proyecto. Su primera fase, que es la instalación de un radar, está completada.
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Ambientalistas y protectores del medioambiente tienen sus razones para oponerse al proyecto.
“Pero al final el país no tendrá garantía de que el proyecto es viable hasta que no se haga un correcto estudio de impacto ambiental”, precisó Yolima Vargas, bióloga investigadora.
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La fase tres contempla remodelar algunas viviendas en las que se albergarán 28 militares; sin embargo, la mayor preocupación de los ambientalistas es el tiempo en el que fue otorgada la licencia de este proyecto.
“Que duró 28 días, tiempo insuficiente desde el punto de vista técnico para hacer una evaluación de este tipo”, agregó Vargas.
El comandante de guardacostas, capitán Jorge Bermúdez, asegura que se hicieron los estudios necesarios para evitar afectaciones en las especies marinas y en el ecosistema.
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“Se hizo una caracterización de 20.75 hectáreas en el área de influencia del muelle y no hubo presencia de manchas de corales”, puntualizó.
El principal argumento de la Armada Nacional para defender este proyecto en medio de isla Gorgona, es la necesidad de proteger la zona y combatir los multicrímenes que se generan.
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“Entre Buenaventura y Tumaco no tenemos una unidad que nos permita reaccionar de manera oportuna para atender cualquier emergencia”, dijo Bermúdez.
Por ahora, este polémico proyecto está suspendido, pues el 30 de noviembre de este año fue radicada una tutela en el Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca que busca frenar la construcción de la subestación militar. De reactivarse operaciones, se espera que en junio de 2023 el proyecto esté terminado.
Los ambientalistas se mantienen en sus argumentos de proteger la zona, alegando que los daños, de hacerse esta obra, acabaría con gran parte de la isla Gorgona.
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