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Conozca a Angelmiro Cárdenas, conductor de una de las 3 locomotoras eléctricas en Colombia

Soñaba con conducir tren desde niño y hoy es experto en locomotoras eléctricas. Las 3 que hay en Colombia están en una empresa que entra en el negocio del servicio público de transporte ferroviario.

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Acerías Paz del Río, una de las empresas con mayor tradición y más queridas por los colombianos, pasó de la producción de acero a la operación férrea. Angelmiro Cárdenas, maquinista de la empresa, desde niño recorrió algunas vías que llevaban los rieles del tren, ese gigante que lo hizo soñar con algún día poder conducirlo. Ahora es uno de los expertos en locomotoras eléctricas del país.

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Angelmiro Cárdenas pasó por muchas pruebas y exámenes que hoy lo certifican como uno de los más especializados sobre estas grandes máquinas.

“Realmente lo que nosotros logramos aprender para ascender y estar en este cargo es realmente muy bueno, muy chévere”, afirma Cárdenas.

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Él conduce una de las tres locomotoras eléctricas que hay en Colombia. Todas están en la empresa Acerías Paz del Río, que en los últimos días recibió la autorización para entrar en el negocio del servicio público de transporte ferroviario.

“Movilizamos más o menos 2.8 millones de toneladas por modo férreo y esto nos genera a nosotros la confianza para poder salir”, explica Fabio Galán Sánchez, presidente de Acerías Paz del Río.

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Son más de 75 años donde la empresa ha crecido de la mano del sistema férreo, que tiene aproximadamente 33 kilómetros de vía propios en rutas como Nobsa - Paz del Río.

“Tenemos 18. Para salir a las vías nacionales son locomotoras diésel, que en este caso tendríamos ocho”, complementó Galán.

La empresa tiene un vagón para transportar a las comunidades de manera gratuita. “Como a los campesinos, para que lleven sus productos a sus casas. Entonces para nosotros es muy bueno este medio transporte”, manifiesta Cristian Camilo Cely, habitante de la región.

Su paso lento jamás pasa desapercibido. Si una de estas locomotoras lo sorprende, no se le haga extraño que su agudo pito puede ser el saludo de don Angelmiro, ese hombre que sueña algún día con poder recorrer Colombia sobre rieles.

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