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Los confesos asesinos del ganadero Esteban Urueta y de sus dos trabajadores, identificados como Gerardo Marzola y Fredy Beleño, quedaron en libertad antes de que se expidieran las órdenes de captura contra ellos.
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El hijo de Fredy Beleño, Carlos Beleño, había advertido que esta situación se podía presentar, ya que los confesos homicidas no tenían órdenes de captura y podían quedar libres.
Carlos le dijo a la emisora Blu Radio que “los asesinos se vinieron a entregar y declararon que habían sido ellos. Confesaron todo lo que habían hecho y cómo lo hicieron, hay muchos detalles que se deben tener en cuenta. Los asesinos están a punto de salir en libertad por términos de tiempo, pues ya no los pueden retener más. Solo le pido a la justicia colombiana que agilice y saque pronto las órdenes de captura”.
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Beleño confirmó que su papá y Gerardo Marzola administraban dos fincas de Esteban Urueta y que el día del crimen se encontraron para hacer inventario del ganado.
Mientras tanto, a Medicina Legal de Medellín llegaron los tres cadáveres de las víctimas, las cuales fueron encontradas en zona rural del municipio de Ciénaga de Oro, específicamente en la vereda La Carolina.
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