El agente (r) de Policía aseguró que el hermano del expresidente no tiene relación con el crimen de Camilo Barrientos, ocurrido en 1994.
Amaya relató un suceso en una heladería de nombre Claro de Luna, donde conoció a Barrientos en 1993 y se habría registrado un incidente por la quema de pólvora.
“Yo me acerqué e ingresé al negocio en compañía del agente Rivaldo Rojas, a atender el caso de Policía, para controla el accionar de los juegos pirotécnicos, al ingresar se me abalanza el señor Camilo Barrientos Durán, lanzándome palabras soeces y amenazándome”
El uniformado en retiro, y detenido por el crimen de Camilo Barrientos, dice que ese día la víctima estaba bajo los efectos del alcohol y que lo atacó.
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“Toma mi fusil G-3 por la parte de la trompetilla, (cañón) con el fin de quitarme el arma de fuego de dotación. El señor Camilo tenía a la altura del abdomen la trompetilla, en el forcejeo me fui encima y se golpeó en el estómago con la trompetilla, y fue cuando él soltó el arma”, relata a la Fiscalía.
En 1994, según cuenta, llegó a Yarumal el mayor retirado de la Policía Juan Carlos Meneses, quien llegó en encargo de comandante de distrito, y quien según dice, lo invita a trabajar con él. Estando en una patrulla de rutina, por segunda vez, Amaya dice haber visto a Camilo Barrientos.
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“Y le dije a mi teniente Juan Carlos Meneses Quintero del problema que yo había tenido con el señor Camilo Barrientos”, dice la declaración
Según Amaya, esto es lo más revelador en su confesión, el mayor Juan Carlos Meneses Quintero, principal testigo en contra de Santiago Uribe, le habría dado esta respuesta: “tranquilo que yo se lo regalo”.
En esa semana, según cuenta Amaya, Meneses Quintero llevó, de Medellín a Yarumal, dos jóvenes, uno de ellos alias ‘el flaco’.
“El día 25 de febrero de 1994, el señor teniente Juan Carlos Meneses me manifiesta que ya habían llegado los muchachos de Medellín, y me ordena que me quede de servicio en el sector bancario de Yarumal, que él organizaba todo”
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Al término del turno policial, cuenta Amaya, se dirigió a la estación de Policía a entregar el servicio, y allí se encontraban ayudantes del bus escalera que conducía Camilo Barrientos. Estaban “dando declaración ante la Sijin acerca de los hechos donde murió”.
“Ese mismo día mi teniente Juan Carlos Meneses me lleva a la oficina de él y me muestra las fotos del señor Camilo Barrientos sin vida, y me dice: aquí está su regalo”.
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Pero esta no es la única confesión reveladora. Alexander Amaya, que el 27 de agosto del 2014 fue condenado por el crimen de este conductor, dice que, recluido en La Picota en Bogotá, Juan Carlos Meneses se le acercó y le propuso un trato: manutención a cambio de declarar en contra del ganadero Santiago Uribe Vélez, quien justamente está vinculado a la muerte de Camilo Barrientos.
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