Ya son más de 220 las familias damnificadas, y que lo perdieron todo, en el derrumbe en Rosas, Cauca . Las evacuaciones en helicópteros de la Fuerza Aérea Colombiana no han parado, aunque con dificultades por la lluvia que se presenta en la parte alta de la montaña. Esto obliga a que los damnificados tengan que ir a otros cerros con sus pertenencias y mascotas para que puedan ser sacados de la zona.
Los labriegos guardan en su corazón la esperanza de que la promesa de que les reemplazarán sus tierras pronto sea realidad.
Apenas escampa, los pilotos de la FAC encienden los motores del helicóptero ángel para ir a buscar y sacar más damnificados de las cinco veredas afectadas por el derrumbe de Rosas.
Lo primero es cargar ayuda humanitaria y agua para los damnificados que están en la loma. La imagen del derrumbe deja ver que la tierra sigue rodando y por ello toda la operación se debe hacer rápidamente.
Publicidad
Los soldados ayudan a los damnificados con las bolsas en la que llevan su ropa, todo lo demás se perdió. Y es que estos cientos de labriegos lo único que saben es sembrar, por eso salir es dejar parte de sus vidas. Insisten en solo una cosa: que el Gobierno cumpla las promesas de tierra para vivir y trabajar.
Este lunes la FAC hará nuevos vuelos hacia la zona de Párraga y La Soledad. Allá están los últimos caucanos por rescatar.
Publicidad