Las manos untadas del polvillo de carbón que se ve en los techos de varias viviendas del resguardo indígena Provincial, en el sur de La Guajira, es tan solo una de las pruebas con las que los wayú aseguran estar afectados por la explotación minera en sus territorios.
“Sufrimos de la contaminación ambiental, más que todo el polvillo del carbón cuando se prende en tiempo de invierno”, dice Óscar Guariyú, gobernador del resguardo indígena Provincial.
“Abundaba el pastoreo y hoy, con la presencia de la multinacional, el territorio es muy reducido”, dice Luis Uriana, líder indígena.
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El punto de explotación carbonífera conocido como el Tajo de Patilla está ubicado exactamente a menos de un kilómetro del resguardo indígena Provincial, lugar de residencia de aproximadamente unas 220 familias wayú.
"Hago un llamado a Colombia para que implemente las directivas de su propia Corte Constitucional para proteger a la vulnerable comunidad wayú del resguardo indígena Provincial contra la contaminación de la enorme mina El Cerrejón y el COVID-19 ", indicó David Boyd, relator especial de la ONU para derechos humanos y medio ambiente.
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Los líderes y autoridades del resguardo dicen que ya hay conversaciones con la multinacional.
“Se logró unas 400 hectáreas de tierras productivas, que son la zona de Sierra Azul, y una vía de acceso del resguardo que también fue un aporte de El Cerrejón, pero queremos una compensación que mejore la calidad de vida de nuestra comunidad”, explica Jaider Orcasita, docente del resguardo Provincial.
El Cerrejón también se refirió a lo expresado por el relator especial de la ONU.
"El Cerrejón está comprometido con desarrollar una operación respetuosa del medio ambiente y los derechos de los trabajadores y comunidades vecinas. Hacemos esfuerzos permanentes para mejorar en los procesos que buscan identificar prevenir y mitigar los impactos generados por nuestra operación y de compensarlos cuando es necesario".
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Mientras las acciones toman curso, los cuerpos de agua, laS casas y hasta sus habitantes deberán convivir con las molestias de su gigantesco vecino de carbón.
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