El cuerpo de la teniente Julieth García, que falleció en el trágico accidente del helicóptero junto a tres compañeros el domingo 19 de marzo de 2023 en Chocó
, llegó al aeropuerto Camilo Daza de la ciudad de Cúcuta. Allí fue recibida con honores por otros miembros del Ejército Nacional.
Se espera que en horas de la tarde de este miércoles se lleven a cabo las exequias de esta valiente, apasionada, divertida y disciplinada mujer, como la recuerdan sus familiares y allegados, virtudes que la llevaron a convertirse en la primera mujer piloto del Ejército Nacional en el helicóptero UH-1N.
Su madre, Julia Cordero, recordó que cuando su hija terminó el bachillerato comentó que el deseo que tenía para su vida era pertenecer al Ejército Nacional. En entrevista con las Fuerzas Militares, la profesional oriunda de Cúcuta, Norte de Santander, afirmó que sus padres y su familia siempre la habían apoyado en todos sus proyectos.
Aunque nunca hablaron de los riesgos que conlleva la vida de un militar, Julia recuerda que la teniente Julieth García solo le decía que su labor era un compromiso y una responsabilidad que debía asumir. “Pienso que eso fue lo que hizo mi chiquita”, afirmó.
En Noticias Caracol Ahora, la mamá de la teniente Julieth García contó que habló con su "niña el mismo domingo a las diez de la mañana".
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"Hace 15 días me había ido para España y estuve con ella compartiendo acá en Bogotá. Era todo para mí. Los designios de Dios no son los míos y tengo que aceptarlos”, apuntó.
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¿Quiénes eran los otros militares muertos?
El aparato que se estrelló el 19 de marzo en Chocó era tripulado por el capitán Héctor Jerez, oriundo del municipio de San Andrés en Santander y quien actualmente se desempeñaba como piloto de helicóptero UH-1N BELL212.
A Héctor Mauricio Jerez se le habían otorgado dos distintivos entre los que destacan lancero, paracaidista militar, avanzado de combate y piloto militar.
Por último, dentro de la aeronave viajaban dos sargentos, uno de ellos era Johan Andrés Orozco, de 31 años, oriundo de Barranquilla y quien prestó sus servicios a la institución por más de 14 años.
Rubén Ricardo Leguizamón fue el otro sargento que murió en el accidente, tenía 35 años de edad y era originario de la ciudad de Bogotá.