El 2 de noviembre de 1995, el país fue sorprendido por el asesinato del periodista y dirigente conservador.
Para llevar a cabo la reconstrucción, la Fiscalía también llevó al lugar a Luis Ojeda, el conductor del auto en el que se movilizaban Álvaro Gómez durante el atentado.
Según las investigaciones, tuvo que detenerse poco después de salir de la universidad Sergio Arboleda, en el norte de Bogotá, y allí fue donde los sicarios dispararon una ráfaga y asesinaron a Gómez Hurtado y su escolta.
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Junto al conductor llegó al lugar una de las vendedoras ambulantes, la persona que dio los primeros auxilios al dirigente político, y otra espectadora de lo ocurrido, con quienes se busca reconstruir lo que pasó hace 24 años.
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"Ese día yo recuerdo que estaba trabajando ahí, preparando unos mangos. Pues cuando empezó la balacera yo lo único que hice fue tirarme al piso y resguardarme ahí para que no fueran a dispararme a mí (…) yo sabía que era él porque siempre entraba y salía por ahí", detalló Tilcia Quitián, la comerciante ambulante.
Con esta diligencia, la Fiscalía trata de aclarar lo ocurrido en un caso declarado de lesa humanidad en diciembre de 2017 y del que aún falta mucho por establecer. Ninfa Azucena González, fiscal del caso, señala que la idea es "Tomar una evidencia, lo más fidedigna posible a cómo sucedieron ese día los hechos en la forma en como él fue eliminado por parte de una organización criminal de la cual hoy en día no se tiene ni siquiera la certeza de cuántos eran los sicarios que participaban".
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En 2018 la Fiscalía vinculó formalmente a tres oficiales de la Policía quienes al parecer ayudaron a desviar la investigación hace dos décadas.
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La familia de Gómez Hurtado espera que el crimen se esclarezca y que se descubran a los verdaderos responsables.