Por un posible paro armado del Ejército de Liberación Nacional (ELN) unas 1.500 personas están confinadas en seis comunidades de Sipí y Nóvita, municipios del Chocó. La Iglesia católica le envió un mensaje a los grupos armados para que den muestras de paz y deje por fuera del conflicto a la población civil.
Y es que desde hace tres días unas 1.500 personas de las comunidades de Torrá, Cajón y Santa Bárbara, en el municipio de Nóvita; y Charco Largo, Barrancón, Dominguito y Charco Hondo, en Sipí, están confinadas por el paro armado indefinido declarado por el ELN.
Nadie puede movilizarse, ni por tierra ni por los ríos, por temor a las represalias de los insurgentes. “Por la disputa del territorio entre algunos grupos al margen de la ley que se pelean esa zona”, explica Tulio Hurtado, representante del consejo comunitario de Nóvita.
De acuerdo con la Defensoría del pueblo y la Iglesia católica, este paro armado es el quinto este año en la subregión del San Juan, epicentro de la disputa del ELN y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
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“En Nóvita y Sipí la crisis humanitaria se ha agravado estos días por los enfrentamientos entre los grupos que están aquí en la región”, indicó el padre Albeiro Parra, coordinador de la regional Pacífico.
“El llamado es a que se avance en los procesos de búsqueda de la paz con los distintos actores del territorio, porque la paz es el camino, es la salida para poner fin a esas confrontaciones y para que también cese la problemática humanitaria que se vive. Y la necesidad de que ahora se saque a la comunidad de las confrontaciones que hay en el territorio”, indicó en Noticias Caracol monseñor Héctor Fabio Henao, representante de la Iglesia católica en la mesa de diálogos con el ELN.
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La gobernadora encargada del Chocó, Farlin Perea, anunció ayudas para la zona. “Kits de alimentación y de aseo para las personas. Estamos atentos para hacer el acompañamiento y que el equipo de la gobernación también se traslade y pueda hacer lo pertinente”, indicó la funcionaria.
Desde la coordinación regional del Pacífico, hicieron un llamado al Gobierno del presidente Gustavo Petro y al ELN para que los alivios humanitarios en el Chocó se amplíen a otros municipios.
“Los municipios de Istmina, de Sipí y de Nóvita, porque esta es una sola región, un solo corredor”, explica el padre Albeiro Parra.
Según la Defensoría del Pueblo, los consejos comunitarios de Sipí y Nóvita son víctimas de intimidaciones de las AGC, que incluyen el cobro de extorsiones a los campesinos por el transporte de sus alimentos. También hay incremento en la instalación de trampas explosivas.