Con una cadena humana y algunos cubriendo sus rostros, cultivadores de coca en Tibú, Norte de Santander, impidieron la salida de un grupo de soldados de la base militar Caño Indio , donde llevan retenidos tres días por la comunidad que impide la erradicación de cultivos ilícitos.
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Los militares narraron lo que estaba pasando: “Nuevamente, ingresados a la fuerza a la base”.
Los 130 soldados y 15 policías permanecieron dos días sin energía y agua potable porque los cultivadores de coca se los cortaron.
Sin embargo, por mediación de la Defensoría del Pueblo se pudieron restablecer los servicios públicos, pero a los uniformados no los dejan patrullar ni salir de la base militar.
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“Nuestra misión constitucional no es negociable y vamos a hacer lo imposible dentro de la Constitución y la ley, y respetuosos de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, restablecer el orden en Caño Indio”, dijo el general Fabio Caro Cancelado, comandante del Comando Específico de Norte de Santander.
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Las autoridades aseguraron que los cultivadores de coca son instrumentalizados por la guerrilla del ELN y disidencias de las FARC.
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“Hemos venido agotando todo un procedimiento en el marco del decreto 003, incluyendo mesas de diálogo para instar a la comunidad a que no se deje instrumentalizar por esos delincuentes”, sostuvo el coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Norte de Santander.
El Ejército instauró las denuncias correspondientes ante la Fiscalía por la retención de sus uniformados.