El padre Álvaro de los Ríos Ospina, presidente del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Manizales, da testimonio de lo que para él es un milagro tras haberse recuperado del COVID-19.
“Ya no se daba nada por la vida de él, se decía que estaba ya en el grado último y que no faltaba sino ya su deceso”, contó el padre Efraín Castaño, administrador diocesano de la Arquidiócesis de Manizales, sobre su amigo y colega.
El sacerdote de 66 años habló de su “experiencia de la hospitalización, la experiencia de haber sido intubado dos veces, la experiencia de haber sufrido la enfermedad; estuve 15 días en cuidados intensivos, 6 días en cuidados intermedios”.
Reconoce que cuando “la doctora dijo ‘hay que intubarlo’, yo dije que no, tenía mucho miedo porque sin duda alguna el tener uno la muerte como en la puerta, no es como muy agradable”.
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Incluso en cuatro ocasiones lo dieron por muerto.
Ahora, de nuevo en su labor pastoral, dice que ve su recuperación “como una obra de Dios y de la santísima Virgen María”.
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Por eso envía un mensaje a quienes en Colombia y en el mundo no están respetando los protocolos de bioseguridad y ponen en riesgo la vida de los demás.
“La vida, al ser un don de Dios, el único que tiene el poder de darla y quitarla es Dios, nadie más”, por eso cree que aquellos que exponen a otros al COVID-19 cometen un “atentado contra la vida, es un usurpar, un derecho que solamente tiene Dios”.