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Cómo rezar la novena de Navidad: oraciones para el día uno, 16 de diciembre

La novena de Navidad se reza durante nueve días consecutivos, del 16 al 24 de diciembre, en preparación para la celebración del nacimiento de Jesús. Vea aquí la guía completa.

Rezar la novena este 16 de diciembre
¿Cómo rezar la novena de Navidad este 19 de diciembre? -
Getty Images

La Navidad es una de las festividades más importantes y esperadas en la tradición católica. Celebrada el 25 de diciembre, conmemora el nacimiento de Jesucristo, el salvador del mundo. Esta celebración no solo es un momento de alegría y unión familiar, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el amor, la paz y la esperanza que trae el mensaje de Cristo. Las tradiciones navideñas varían de una región a otra, pero todas comparten un profundo sentido de devoción y espiritualidad.

Entre las tradiciones más comunes se encuentran la instalación del pesebre y la decoración del árbol de Navidad. El pesebre, que representa el nacimiento de Jesús en Belén, es un símbolo central en los hogares que creen en Cristo. Las familias suelen reunirse para armarlo, colocando figuras de María, José, el Niño Jesús, los pastores y los reyes magos. Esta actividad no solo es un acto de fe, sino también una forma de transmitir la historia del nacimiento de Jesús a las nuevas generaciones.

(Lea también: Estas son las canciones navideñas más populares en Colombia: súbale el volumen este 7 de diciembre )

El árbol de Navidad, adornado con luces, esferas y estrellas, simboliza la vida eterna y la luz que Cristo trae al mundo. La estrella en la cima del árbol representa la estrella de Belén que guió a los reyes magos hasta el lugar del nacimiento de Jesús.

El árbol de Navidad
El árbol de Navidad simboliza la vida eterna y la luz que Cristo trae al mundo -
Canva

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¿Cómo rezar la novena de Navidad?

Esta práctica devocional consiste en rezar durante nueve días consecutivos, del 16 al 24 de diciembre, en preparación para la celebración del nacimiento de Jesús. La novena es una oportunidad para meditar sobre el misterio de la encarnación y para pedir la gracia de vivir una Navidad más espiritual y menos materialista.

La novena de Navidad tiene sus raíces en la tradición franciscana del siglo XVIII y se ha mantenido viva a lo largo de los siglos gracias a la devoción de los fieles. Durante estos nueve días, las familias y comunidades se reúnen para rezar, cantar villancicos y compartir momentos de reflexión. Cada día de la novena tiene un enfoque particular, que ayuda a los participantes a profundizar en el significado de la Navidad y a preparar sus corazones para recibir a Jesús.

Novena de Navidad día 1, 16 de diciembre

Oración para todos los días


Benignísimo Dios de infinita caridad que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor para que hecho nombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

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En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro Hijo humanado, suplicándolos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente, amén. (Se reza tres veces Gloria al Padre).

Pesebre
La novena de Navidad se reza junto al pesebre -
Getty Images

Lectura día 1


En el principio de los tiempos, el Verbo reposaba en el seno de su Padre en lo más alto de los cielos: allí era la causa, a la par que el modelo de toda creación. En esas profundidades de una incalculable eternidad permanecía el Niño de Belén. Allí es donde debemos datar la genealogía del Eterno, que no tiene antepasados, y contemplar la vida de complacencia infinita que allí llevaba.

La vida del Verbo Eterno en el seno de su Padre era una vida maravillosa y, sin embargo, misterio sublime, busca otra morada en una mansión creada. No era porque en su mansión eterna faltase algo a su infinita felicidad, sino porque su misericordia infinita anhelaba la redención y la salvación del género humano, que sin Él no podría verificarse.

El pecado de Adán había ofendido a un Dios y esa ofensa infinita no podría ser condonada sino por los méritos del mismo Dios. La raza de Adán había desobedecido y merecido un castigo eterno; era, pues, necesario para salvarla y satisfacer su culpa que Dios, sin dejar el cielo, tomase la forma del hombre sobre la tierra y con la obediencia a los designios de su Padre, expiase aquella desobediencia, ingratitud y rebeldía.

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Era necesario en las miras de su amor que tomase la forma, las debilidades e ignorancia sistemática del hombre, que creciese para darle crecimiento espiritual; que sufriese, para morir a sus pasiones y a su orgullo y por eso el Verbo Eterno ardiendo en deseos de salvar al hombre resolvió hacerse hombre también y así redimir al culpable.

(Lea también: Tercer domingo de Adviento: oración en familia para este 15 de diciembre )

Oración a la santísima Virgen


Soberana María que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma, y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo.

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¡Oh dulcísima Madre, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le aguardéis vos para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad! Amén (Se reza tres veces el Avemaría).

Oración a san José


¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos ministerios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza.

Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. (Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria).

Gozos

Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!

¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!

Ven a nuestras almas...

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¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos!
¡Ah, ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuerte el brazo!

Ven a nuestras almas...

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¡Oh, raíz sagrada de Jesé que en lo alto
presentas al orbe tu fragante nardo!
Dulcísimo Niño que has sido llamado
lirio de los valles, bella flor del campo.

Ven a nuestras almas...

¡Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas de regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño, con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!

Ven a nuestras almas...

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¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos!
Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Ven a nuestras almas...

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¡Espejo sin mancha, santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado!,
y en forma de niño, da al mísero amparo!

Ven a nuestras almas...

¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas con suave cayado,
ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

Ven a nuestras almas...

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¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto
bienhechor rocío como riego santo!
¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado!
¡Luce, Dios estrella!, ¡brota, flor del campo!

Ven a nuestras almas...

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¡Ven, que ya María previene sus brazos,
do su niño vean, en tiempo cercanos!
¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

Ven a nuestras almas...

¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!

Ven a nuestras almas...

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¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos!
¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases, te dice mi llanto!

Ven a nuestras almas...

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¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos
Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!

Los gozos en la novena de Navidad van acompañados de cantos
Los gozos en la novena de Navidad van acompañados de cantos -
Getty Images

Oración al Niño Jesús
Acordaos, ¡oh, dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable margarita del santísimo sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado".

Llenos de confianza en vos, ¡oh, Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que, en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.