El portal Statista posicionó a Colombia como el tercer país de América Latina con mayor número defutbolistas profesionales jugando en el extranjero hasta el primer semestre de 2022. Este deporte, que mueve altísimas sumas de dinero, millones de adeptos y filas de nuevas generaciones deseando un puesto en la cancha, se ha visto permeado por prácticas irregulares que tienen que ver con la trata de personas y la estafa.
Especialistas en temas de derechos humanos se reunieron con las autoridades colombianas para sensibilizar dicha problemática en el país.
Rocío Urón, coordinadora temática del proyecto de lucha contra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes de La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC, explicó que de las investigaciones que han podido generarse alrededor del tema han llegado a tres conclusiones importantes.
El primero es la falta de control frente a las transacciones que se realizan con los jugadores, “especialmente con aquellos que son muy jóvenes y que claramente tienen una situación de vulnerabilidad no solo por la edad, sino también por las condiciones socioeconómicas”.
El segundo factor se encontró fue, precisamente, el aprovechamiento por parte de los tratantes de aquellas situaciones en las cuales las familias apuestan todo para que sus hijos puedan lograr triunfar en el fútbol, esto con el fin de captar y posteriormente explotar a estos jugadores.
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El tercer lugar, se enfoca en que dichas posibles situaciones de trata de personas en el campo deportivo, no solo exclusivamente en el futbol, van atadas a un desconocimiento del delito, tanto de los entrenadores como de los jugadores, inclusive de las mismas asociaciones y el gremio futbolístico.
Con esta incomprensión, los tratantes se aprovechan de la situación y, al perpetrar el delito, los cercanos no denuncian, por lo cual el proceso del restablecimiento de los derechos de las víctimas se ve frustrado.
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¿Cuál es el modus operandi en estos casos?
Urón declara que el trabajo de UNODC identificó unos patrones similares en diferentes partes del mundo. “Básicamente, son personas que hacen unos ofrecimientos bastante interesantes para aquellos jugadores que están iniciando y que quieren salir al exterior a jugar, por lo tanto, les ofrecen unas condiciones de vida mucho mejores, pagos en dólares, jugar en equipos extranjeros, generalmente en equipos de Europa del este o de Suramérica”.
Una vez las personas aceptan las condiciones, impulsados por el cambio de una nueva vida y oportunidades de salir adelante, viajan hasta el destino pactado. En ocasiones, cuando llegan, se encuentran con un panorama completamente al planteado en negociaciones, y terminan siendo explotados en trabajos forzosos, que pueden llegar a la explotación sexual o la mendicidad, esto para pagar las deudas contraídas con los tratantes.
Han podido identificar que la problemática permea todos los escenarios del deporte, pero lo hace de manera especial en escuelas de fútbol y semilleros, “porque hay cierta facilidad para los tratantes que se hacen pasar por managers”.
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“Algo interesante que encontramos es que en muchas ocasiones se presentan estafas y estas sí son denunciadas a las instituciones encargadas de hacer investigación y judicialización”, comenta Rocío.
A esto agrega que “cuando se empieza a analizar mejor la situación encontramos que la estafa muchas veces está también relacionada con la trata, es decir, no solamente te llevan al chico o a la chica para ser explotados, sino que de paso le sacan dinero a sus familiares”.
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Las recomendaciones van enfocadas a la prevención
Para las instituciones involucradas en el tema futbolístico, el llamado de atención va dirigido a la construcción de estrategias para dar a conocer que la trata de personas y poder, a través de ese conocimiento, generar prevención.
En cuanto al gremio futbolístico, las autoridades aconsejan fortalecer las herramientas de control que pueden existir con relación a los managers y todas aquellas personas que se encargan de los de las transacciones futbolísticas.
Otro aspecto importante es trabajar la prevención en las escuelas de fútbol con los niños, niñas y adolescentes que están incursionando. El empoderar e informar a los más jóvenes acerca de estas situaciones, además de construir confianza entre ellos y sus cuidadores, permitirá que no se confíen tan fácil de los ofrecimientos.
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En general se le apunta al fortalecimiento de los escenarios para que se creen entornos protectores.