Los habitantes de la región Caribe no pueden más con las altas tarifas del servicio de energía. Hay quienes aseguran que han tenido que elegir entre cancelar el recibo de la luz o comer. Las quejas son las mismas en ciudades como Barranquilla, Montería, Santa Marta y Riohacha.
En esta última ciudad, Carlos Ojeda afirma: “El día que nos toca pagar el recibo de la luz, nos toca hacer un solo tren, una sola comida para ahorrar y poder cancelar el servicio”.
Adalberto Arrieta, residente de Barranquilla, dice que lo que tiene es para "pagar en luz, ¿y la comida de uno qué?".
Norelys Chamorro vivía en estrato 3 en Santa Marta, pero cuenta que los “675.000 pesos" que le llegaron de luz la hicieron "mudar enseguida" a estrato 1.
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La queja en Montería no solo es que las tarifas de energía están elevadas, sino que el servicio es intermitente y los electrodomésticos se queman.
La compañía Air-e se defiende y asegura que el cobro fue fijado por la Comisión de Regulación de Energía y Gas.
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"¿Qué ha venido ocurriendo durante el último año? Las compras de energía que traemos de los diferentes generadores han tenido un crecimiento por encima del 35%", explica Jhon Jairo Toro, gerente de la empresa en Atlántico.
Ante las exageradas alzas en las tarifas, Jaime Pumarejo, alcalde de Barranquilla, dice que "todo el Caribe necesita que el Gobierno se meta la mano al dril" y les "pague los costos adicionales de la energía".
"Además, que los generadores de energía, las hidroeléctricas, bajen el cobro porque están cobrando mucho y se están aprovechando de la situación actual. Los embalses están llenos de agua", puntualiza.
Por eso, propone una marcha regional que, “ocurra o no, es la manera de llamar la atención para que exista una solución rápida".
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"Si nos tenemos que parar en un palo de coco y gritar a los cuatro vientos, también lo haremos, porque somos por mandato los voceros de nuestros ciudadanos”, agrega el alcalde.
Afirma que solo pide “que Colombia entera se dé cuenta de que tenemos un problema por dos temas independientes, pero que se configuraron en una tormenta perfecta”.
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Uno es “el índice de precios al productor, que tiene a los generadores disparados en sus tarifas y por ende al resto de la cadena”, y el otro es que “la Comisión de Regulación escogió el año pasado generar una tarifa diferencial para el Caribe, la única región que paga de una manera distinta las pérdidas y que incrementó la tarifa en más de un 30%” y en algunos casos “hasta en un 70%”, explica.
Pumarejo sostiene que, si no se da “una solución estructural e inmediata” a las tarifas de energía en el Caribe, se producirá “el empobrecimiento de una región que ya es muy pobre comparada con otras regiones del país, significará pérdida de empleo y competitividad y por ende mayor inversión pública. Lo que no hagamos hoy lo tendremos que hacer mañana a un costo mayor”.
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