Colombiano empezó vendiendo tamales en las calles de Nueva York y ahora tiene más de 30 restaurantes

Hace varios años, el colombiano Alejandro Martín emigró hacia los Estados Unidos con la intención de aprender inglés, sin embargo, durante su estadía en el país norteamericano encontró una oportunidad de negocio con la que ahora factura más de 5 millones de dólares al año.

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Como colombiano orgulloso, los productos que lo tienen ganando esa cantidad de dinero son el tamal y la lechona, platos tradicionales que se están robando la atención en la ciudad de Nueva York.

Martín asegura que la idea de vender tamales en los Estados Unidos, "nació de una necesidad que tenía la comunidad" en la capital del mundo. Recuerda que "cuando yo llegué aquí, en 2016, no se encontraban buenos tamales, entonces quise hacer unos para mi consumo, le di a probar a mis amigos y les encantaron, ahí me di cuenta que había una oportunidad de negocio excelente".

El inicio no fue fácil, pero decidido a que sus tamales iban a hacer historia, empezó a venderlos en las calles de la Gran Manzana. Un carrito de mercado y algunos tamales lo acompañaron a conquistar a sus clientes.

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"Pensé en desistir muchas veces, imagínate vender con un frío de -0 grados de temperatura o en veranos de casi 100 grados fahrenheit. No una, sino miles de veces pensé en desistir, pero fueron más grandes las ganas y la necesidad", reconoce.

Rápidamente, los pedidos de tamales y lechona fueron en aumento. Esto le permitió abrir el primer local en Nueva York llamado La tamalería colombiana. Ahora lugares como este, están en Nueva Jersey y otros estados del país norteamericano, atrapando no solo a la comunidad latina sino también a los estadounidenses.

"Con un tamal y una lechona pudimos crear una comunidad en Nueva York y Nueva Jersey y lo estamos haciendo en todo Estados Unidos, llegando a más de 30 estados". Alejandro Martín agrega que espera transmitir a sus clientes el sentimiento de que "dentro de La tamalería, te sientes en una pequeña Colombia".

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No solo los productos gastronómicos convirtieron a este lugar en una pequeña parte de este país en los Estados Unidos, sino que está ambientado musicalmente con salsa y lugares de entretenimiento en los que se puede jugar rana.

Martín asegura que se siente un "referente de lo que es un emprendimiento de una persona que llega a este país en ceros y puede salir adelante, además dándole empleo a más de 100 personas en nuestros restaurantes y fábricas".