En la última década, Colombia ha sido testigo de una serie de eventos que han puesto en jaque la seguridad y confiabilidad de su infraestructura vial. Más de 40 puentes han colapsado, un número alarmante que genera preocupación entre ciudadanos y expertos en ingeniería civil.
Este fenómeno no solo plantea interrogantes sobre la calidad de las construcciones, sino que también refleja los desafíos que enfrenta Colombia en términos de mantenimiento y planificación.
"Los puentes están quebrados"
Un artículo de la Universidad Nacional de Colombia , compartido en septiembre de 2023, arroja luz sobre esta problemática, destacando la importancia de una gestión integral que abarque desde el diseño hasta el mantenimiento de estas estructuras críticas.
Muchos puentes en Colombia han sucumbido con el paso del tiempo, revelando materiales desgastados y diseños que no han resistido las exigencias actuales.
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El colapso del puente El Alambrado y el del peaje Naranjal son ejemplos de cómo el tiempo puede ser un enemigo silencioso para la infraestructura.
Pedro Andrés Héndez Puerto, arquitecto de la Universidad Nacional, señaló que tras una investigación se identificaron 45 casos de puentes caídos en Colombia durante los últimos años, esto sin sumar la reciente tragedia en vía Barranquilla-Soledad, en Atlántico, y que dejó como saldo cuatro muertos y cuatro heridos.
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"11 puentes vehiculares en vías nacionales, 5 peatonales y 29 en vías municipales y rurales. De estos, 14 ocurrieron en 2023, 4 en 2022, 3 en 2021, 3 en 2020, 5 en 2019, 8 en 2018, 4 en 2017, uno en 2016, otro en 2015 y hubo 2 anteriores", señaló el experto en dicho artículo.
Además, el arquitecto resaltó que los departamentos con más casos de puentes caídos son Cundinamarca, con 7; Boyacá, con 6; Antioquia y los Santanderes con 5; Casanare, Meta, Magdalena, Putumayo y Bogotá, con tres casos; y Córdoba, con 2. Finalmente, con un caso están Risaralda, Huila, Nariño, Atlántico, Valle, y entre Quindío y el Valle.
Héndez también habló de otras 20 fallas que no implicaron colapso, pero que generan preocupación y dificultades para las comunidades. Y es que hay deformaciones u ondulaciones, las cuales, aunque no resultan en caídas totales, sí afectan la funcionalidad y seguridad de las estructuras.