Foto: AFP
El modesto club dejó en el camino en la Copa Suramericana al Independiente de Argentina, al Junior y al San Lorenzo.
El Chapecoense se abrió paso a la gloria. El humilde equipo de la provincia Santa Catarina se creció entre los grandes del continente para llegar a la final de la Copa Sudamericana.
Fundado en 1973, con apenas dos años en la máxima categoría del fútbol de Brasil logró brillar en un torneo internacional disputado entre junio y noviembre de 2016.
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En ese recorrido, la ‘Chape’, como le dicen sus hinchas, dejó en el camino a equipos de renombre. El primero fue Independiente, de Argentina. El técnico del club brasilero, Caio Junior, se aferraba a su fe y a los reflejos de su arquero, Danilo, quien le dio el paso a la siguiente ronda.
En cuartos de final derrotó al Junior de Barranquilla. Y en la semifinal empató 1-1 en el marcador global con San Lorenzo de Almagro, pero gracias al gol visitante logró el paso a la final.
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Caio Junior celebró como un niño la clasificación, mientras sus jugadores le daban gracias al cielo.
En la final lo esperaba Atlético Nacional. Los primeros 90 minutos estaban pactados para jugarse en Medellín, sitio donde esperaban dar el primer paso para cosechar su mayor logro deportivo.
Pero el destino no les permitió llegar a la gran cita. En medio de la tragedia apareció la esperanza, hubo seis sobrevivientes, entre los que están los futbolistas Alan Ruschel, Helio Neto y el arquero Jackson Follmann, quienes siguen vinculados al club.
Como gesto de hermandad Atlético Nacional le solicitó a la Conmebol que le diera el título de la Sudamericana al Chapecoense.
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