El cese al fuego bilateral acordado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno del presidente Gustavo Petro, que empezará a partir del 3 de agosto y tendrá una vigencia de 180 días, se regirá por tres principios.
El primero será el de buena fe que debe existir por parte del ELN, del gobierno y de las Fuerzas Militares. El segundo será de reciprocidad, que significa que si la guerrilla silencia los fusiles, la fuerza pública deberá hacer lo mismo, pero queda la salvedad de que el Ejército Nacional no puede renunciar a su tarea constitucional de proteger a los colombianos. Es decir, si el grupo ilegal ejecuta algún hecho violento, entrarán los uniformados a actuar. El tercer principio tiene que ver con la voluntad política.
Carlos Ruiz, de la comisión de verificación de la ONU, confirmó que las dos partes le pidieron al Consejo de Seguridad que sea el veedor del acuerdo del cese al fuego bilateral para determinar que las partes están cumpliendo con lo firmado.
Por otro lado, Antonio García, líder de la guerrilla, ha dicho que no hay división entre sus hombres, que todos los frentes del ELN están unidos y que respaldarán totalmente el cese al fuego bilateral.
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El presidente Gustavo Petro, quien decidió viajar a Cuba para participar del cierre del tercer ciclo de negociaciones con el grupo insurgente, resaltó que se trata de un "acuerdo parcial", pero que es el camino para que en 2025 Colombia viva el fin de otro conflicto.
Este cese al fuego bilateral contempla una primera fase de alistamiento, hasta el 6 de julio. La orden de detener las ofensivas quedará en firme a partir del 3 de agosto y por 180 días. Es decir, Colombia no vería enfrentamientos entre la fuerza pública y el ELN durante lo que resta de 2023, si se cumple lo pactado.
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Se trata del alto el fuego más largo que han acordado hasta la fecha el Gobierno de Colombia y el ELN, que no han conseguido finalmente incluir explícitamente un cese de hostilidades como el secuestro o el reclutamiento de menores.
"El mundo de las armas y de matarnos entre todos desde hace décadas (…) debe cesar. La violencia que vivimos por generaciones, de la que hemos hecho parte pero hemos intentado superar, nos dice que no nos hemos podido construir como nación", alegó el presidente Petro durante la clausura.