La banda del carro gris volvió a atacar. En la noche del jueves 15 de junio, los delincuentes abordaron a una mujer que estaba guardando su camioneta en su casa, ubicada en el barrio Santa Isabel, localidad de Los Mártires, centro de Bogotá.
Yenni Reyes dice que “son los mismos, es el mismo carro” que ha visto los últimos días en los noticieros, en informes sobre ladrones que han intentado asaltar a otros ciudadanos en la capital del país. “Es como si fuera el pan de cada día”, lamenta.
La forma de robar de la banda del carro gris no varía. Dos delincuentes se bajan del vehículo para intimidar a su víctima y un tercero llega segundos después para apoyarlos y es quien termina llevándose la camioneta.
Según Yenni, los hampones la abordaron y le dijeron “que entregara las llaves, que entregara el control. Le digo ‘no tiene control, llévese el carro’, porque con dos armas encima de mí, pues…”.
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El cuarto ladrón, a bordo del carro gris, espera a los criminales que intimidaron a la mujer y luego huyen con la camioneta.
Estos sujetos son los mismos que llevan toda la semana robando en Bogotá sin que nadie les ponga freno. En uno de los asaltos, captados en video, el conductor se salvó porque su hijo, que estaba en la casa del frente, fue testigo del hurto y salió corriendo para defender a su papá.
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Las imágenes muestran cómo el joven se abalanza sobre uno de los delincuentes por la espalda y lo agarra por el cuello. En medio del forcejeo logra desarmarlo. Aunque intenta disparar, el revólver se traba. Ese hecho fue denunciado en el barrio El Jazmín de la localidad de Puente Aranda.
La banda del carro gris volvió a intentar cometer otro hurto, esta vez en el barrio San Joaquín Norte de la localidad de Engativá. La persona que iba a ser asaltada también reaccionó y sacó corriendo a los ladrones con sillas de plástico.
Lo peor es que los cuatro sujetos cometen sus atracos a bordo de un automotor que robaron el pasado 26 de mayo en el barrio Galán, localidad de Puente Aranda, bajo la misma modalidad. La víctima no puede creer que lleven más de tres semanas usando su vehículo para los crímenes y que la Policía Metropolitana de Bogotá no haya podido detenerlos.