A una estación de Policía de Bello, en Antioquia, llegó Jhon Fredy Mosquera Sánchez, de 31 años, para entregarse después del asesinato de su mamá.
Según la Fiscalía, lo hizo al sentir el asedio de las autoridades, que lo buscaban por los hechos ocurridos el lunes 4 de diciembre en la noche cuando sostuvo una discusión con su progenitora.
La mujer fue trasladada desde su casa en el sector de Cantares, en la expansión urbana de Pajarito, en el occidente de Medellín, a un centro médico, pero tras cinco horas de agonía falleció.
En su momento, el coronel Daniel Mazo, comandante operativo de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, dijo que se debía a un lamentable hecho de intolerancia.
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Su versión es ratificada por la Fiscalía, que indicó: “De acuerdo con la investigación adelantada por un Fiscal de la Unidad de Reacción Inmediata (URI), Mosquera Sánchez habría atacado a su progenitora, de 50 años de edad, porque esta le pidió que apagara algunos bombillos del inmueble para ahorrar energía”.
Tras el hecho de violencia, Mosquera Sánchez escapó, pero luego decidió comparecer ante la justicia. Sin embargo, al ser imputado por el delinto de feminicidio agravado, negó su responsabilidad.
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Aun así, un juez de control de garantías decidió enviarlo a prisión, mientras avanza la investigación.
“Cabe recordar que, el procesado, de 31 años de edad, ya fue sentenciado por el delito de violencia intrafamiliar contra una de sus hermanas”, señaló la Fiscalía.
Luz Estella, oriunda de Istmina, Chocó, tenía cinco hijos, incluido Jhon Fredy, quien trabaja como barbero.
La situación de la violencia intrafamiliar en Pajarito preocupa a las autoridades. El primero de enero una mujer fue capturada luego de ser acusada de asesinar con un arma blanca a su expareja.
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