Una banda dedicada a robar viviendas campestres en Boyacá fue desarticulada por las autoridades. Antes de asaltar las casas drogaban a los perros que las cuidaban.
La banda tenía como prioridad atacar a los guardianes de las propiedades. Según las autoridades, utilizando fármacos, los adormecían y afectaban su capacidad de reacción para poder dar el siguiente paso.
Así lo explicó el coronel Henry Bello, comandante de la Policía Metropolitana de Tunja: "Si lograban determinar que en esa residencia había caninos, les suministraban alimentación a esos caninos para alterar el sistema nervioso central, colocarlos en estado de indefensión y poder lograr su cometido a través de estos hurtos".
Con los guardianes de cuatro patas aturdidos, los delincuentes procedían a ejecutar los hurtos de computadores, celulares, bicicletas, joyas y dinero en efectivo, entre otros elementos.
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Los principales objetivos eran las casas campestres ubicadas en Tunja y sus alrededores, según explicó el alcalde de esa capital, Alejandro Fúneme. "Estas capturan se logran gracias a la información ciudadana, gracias a la información de los vecinos de los sectores rurales y la toma de huellas dactilares", indicó.
Lizeth Natalia Franco, directora de la seccional de la Fiscalía en Boyacá, aseguró que se les imputaron los delitos "de hurto calificado, concierto para delinquir y le fue impuesta medida de aseguramiento y detención preventiva en establecimiento carcelario peor la investigación continúa".
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Con el seguimiento a esta banda delincuencial, se logró identificar que buscaban ejecutar robos en el municipio de La Calera. Las autoridades señalaron que continuarán con la investigación para descartar más casos donde los caninos vienen siendo presa de los delincuentes.