Las escenas de intolerancia son cada vez más comunes en la cotidianidad de los colombianos. Casos de golpes, groserías, daño a propiedades y un claro descontrol emocional se hacen virales cada semana. La pregunta de muchos es ¿por qué estas situaciones siguen en aumento si aparentemente la mayoría las rechaza?
“Los cambios políticos han generado situaciones de bastante vulnerabilidad para los individuos, la inseguridad, la percepción de justicia, de inequidad, la pobreza, todas estas situaciones llevan a las personas a estar más cargadas y más tensionadas”, dice Ángela Murcia, psiquiatra infantil y forense de Medicina Legal.
Según el Instituto Colombiano de Medicina Legal, de enero a octubre de este año se presentaron 47.688 riñas, cifra que supera el total de las riñas presentadas en todo el 2021 que fue de 44.486. Según los expertos, los ciudadanos, muchas veces, no están interesados en solucionar los conflictos de manera pacífica.
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“Los individuos pues cada vez tenemos menos capacidad de regularnos y de manejar y tolerar la frustración que generan”, señala Murcia.
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Una medición de la Universidad del Rosario reveló que siete de cada diez personas en Colombia no creen en las instituciones de justicia, lo que daría pie a dinámicas de justicia por mano propia, que han aumentado en un 19% en los últimos 3 años.
“Causado también por los mensajes y las críticas desproporcionadas de algunas autoridades sobre los jueces de la República, principalmente sobre los jueces con función de control de garantías. A estos ciudadanos que se toman esta justicia por mano propia se les terminan generando algunos problemas judiciales aún mayores por tortura, por homicidio o lesiones personales”, comenta Felipe Caballero, abogado penalista.
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Coinciden los expertos en que estas situaciones jamás buscan justicia, sino venganza y que son reacciones desproporcionadas que llevan a lamentables desenlaces, muchas veces irreversibles.