Después de dos décadas, el caso por el secuestro y posterior abuso sexual de la periodista Jineth Bedoya llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La periodista, que narró los hechos que llevaron a perpetrar su agresión cuando trabajaba para El Espectador , pidió cerrar la cárcel de máxima seguridad La Modelo.
“Mi vida se destruyó, a mí me mataron la mañana del 25 de mayo (de 2000)”, dijo Jineth Bedoya en el interrogatorio realizado por una delegada del Centro por la Justicia del Derecho Internacional.
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En el mismo, Jineth Bedoya contó que en 1999 fue víctima de un atentado junto su madre que no fue investigado. Después de estos hechos, visitó la cárcel para investigar la masacre del 27 de abril del año 2000, donde murieron 32 internos en la cárcel La Modelo en Bogotá .
“Decidimos acudir a la Policía, inteligencia de la Policía estuvo en el periódico, nos tomaron algunos testimonios y nos dijeron que la mejor solución para frenar esas amenazas era que yo me entrevistara con los paramilitares”, aseguró.
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Acudió a la cita y recordó que estando en la puerta de la cárcel, cuando el guardián del Inpec le aseguró que todo estaba listo para ingresar, fue abordada por dos personas.
“Me llevaron a un lugar cercano a la cárcel, me amarraron, me golpearon, y me llevaron en un carro; me sacaron de la ciudad y empezó una larga travesía de muchas horas donde afronté todo tipo de abusos y tortura y todo terminó con una violación masiva”, declaró.
Explicó a los jueces el contexto del conflicto y los enfrentamientos en la cárcel de máxima seguridad La Modelo en Bogotá 1998 y 2001.
“Podía entrar a la cárcel entre semana a consultar alguna de mis fuentes y los paramilitares tenían fusiles R15 y AK 47 patrullando los pasillos y celdas de la cárcel. Pero además dentro de la cárcel funcionaba la oficina del paramilitarismo, la oficina central en el área urbana”, denunció.
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La periodista reiteró la información de quiénes ordenaron su secuestro y posterior violación.
Logramos establecer que quien era la cabeza de esta organización criminal y quien ordenó mi secuestro fue un general de la Policía”.
Por respeto a su dolor, el Estado colombiano renunció a su derecho de contrainterrogar a la periodista Jineth bedoya.
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