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Casas universitarias, la modalidad del ICBF para que jóvenes a su cargo sean profesionales

Casas universitarias, la modalidad del ICBF para que jóvenes a su cargo sean profesionales

Actualmente hay cuatro viviendas, dos en Bogotá, una en Tolima y otra en Santander. En total son 104 jóvenes los beneficiados y deben cumplir ciertos requisitos.
Viviana Velásquez, fue de las primeras hijas del ICBF en convertirse en universitaria en Tolima.
“Ellos pagaron mi universidad gracias a ellos estudie mi carrera universitaria”, recuerda.
Estudió en una casa universitaria, una innovadora modalidad del instituto que busca que los jóvenes bajo protección realicen sus estudios de educación superior.
“Ingresar es súper difícil, debes mantener un promedio muy alto. Hicieron un proceso y pude ingresar a esa casa. Empecé mi cuarto semestre en la Universidad del Tolima y allí terminé toda la universidad; estuve hasta los 25 años y salí en el 2015 cuando terminé mi universidad”, relata Viviana Velásquez.
Cumplió su sueño, se convirtió en profesional luego de haber pasado años en medio del maltrato y el abuso sexual; tenía 10 años cuando decidió entrar al ICBF.
“Yo fui y conté que mi papa me maltrataba y me abusaba. Me hicieron exámenes y entré”, confiesa la joven. 
Antes de salir definitivamente de la institución, sanó las arcas del abuso y se enamoró. Aunque dice que fue difícil entregarse al hombre que amaba, lo logró.
Vive feliz, está casada y embarazada, además trabaja en su casa, en el ICBF.
A la historia de Viviana se suma la de María Fernanda, Tatiana y Kevin, todos son hermanos, son hijos del instituto que los acogió cuando sorteaban difíciles momentos.
“Ingresé porque mis papas murieron cuando estaba pequeño, cuando tenía seis años, de seis a 12 estuve con mi familia materna”, comenta Kevin Carrascal.
“Al ICBF llegué por mis profesores, porque tenía problemas en mi casa. Entonces decidieron que la mejor opción para mí era el ICBF”, manifestó Tatiana Marín.
Pasaron de hogar en hogar, instituto en instituto, pero con esfuerzo terminaron el bachillerato. Se graduaron y luego de varias entrevistas pudieron ingresar a las casas universitarias. Hay para mujeres y para hombres.
De los jóvenes mayores de 18 años que se encuentran bajo protección del ICBF mil 276 estudian carreras universitarias y mil 170 desarrolla proyectos de emprendimiento. Algunos viven en estas casas, otros, en instituciones u hogares sustitutos.
“Se crean las casas universitarias, en esta modalidad los jóvenes pueden tener un poco más de libertad, responsabilidades que les permitan empezar a hacer todo este proceso autónomo e independiente; computadores disponibles, todo lo que esté al alcance para terminar sus carreras. Estamos apostando a abrir casas por todo el país hacer tránsito en las casas universitarias”, resaltó Juliana Cortés, directora de protección del ICBF.
Actualmente hay cuatro casas universitarias, dos en Bogotá, una en Tolima y otra en Santander. En total son 104 jóvenes, todos deben cumplir ciertos requisitos para estar en ellas.
María Fernanda Carrillo Gil escogió sicología, tiene 21 años y desde el 2008 su familia es el ICBF.
“Es como si estuviéramos en una casa normal de lunes a jueves hasta las 9:00 de la noche, menos los que estudian de noche, y viernes y sábado de 5:00 am a 1:00 am, el domingo debemos regresar a las 5:00 p. m.”, explica la joven. 
Usted podría cambiar la vida de uno de los cerca de 10 mil menores de edad que esperan por una familia. Este año mil 244 niños fueron adoptados, lo que se suma a los más de 17 mil que encontraron un hogar en los últimos diez años.
“Quienes quieran adoptar que se acerquen al instituto, es algo de corazón, sentido de poder, de cambiarle la vida a un niño niña o adolescente, es construir país, presente y futuro darle la oportunidad a estos niños que han tenidos situaciones de vida difíciles. Es darle una oportunidad de crecer en un hogar amoroso y cumplir sus sueños, es una labor muy especial”, destacó la directora de protección del ICBF.
La adopción no es solo una decisión de vida, es también un derecho a tener una familia.

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