El turismo tradicional de Cartagena se limitó durante años a la observación del patrimonio histórico y al disfrute de los balnearios, pero, en menos de una década, la oferta en La Heroica se diversificó.
“Se ha diversificado tanto el turismo que por eso se ve reflejado que en estas temporadas la gente se va para zonas rurales, hace turismo ecológico, hace turismo de playa, hace turismo de pasear en coche en el Centro Histórico”, manifestó Julio Martínez, presidente de la Asociación de Cocheros de Cartagena.
Hoy las opciones van desde las artes hasta la gastronomía tradicional.
“La gente viene es por los sabores, las sazones que tenemos aquí en el mercado de Bazurto, una buena atención y unos buenos precios”, señaló Thalía Julio, cocinera de tradición.
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La música ancestral es uno de los activos de mayor demanda y las terapias ancestrales, que proveen salud emocional, también se sumaron a los servicios turísticos.
Para quienes buscan descanso, el silencio, el aire puro, la observación de los santuarios de fauna y flora constituyen el plan más recomendable.
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“Este es un gran punto, o sea, actividades turísticas que debemos continuar promoviendo y sobre todo que es proveer alternativas económicas también a las comunidades pescadoras”, indicó Trigal Velásquez, bióloga marina.
Las alternativas de disfrute en Cartagena son tantas como las requiera el visitante y todas con el sello de calidez y alegría que le imprimen los raizales.
Otras tres ciudades de la costa Caribe sorprenden por su transformación urbanística y arquitectónica.
Una de ellas es Barranquilla, donde atrás quedó parte de su deteriorada infraestructura. Las antiguas edificaciones que hoy siguen en pie fueron restauradas para darle paso a la modernidad.
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La construcción del gran malecón es uno de los iconos de del distrito, así como la transformación de 13 escenarios deportivos y la recuperación de 252 parques.
Los arroyos son cosa del pasado, más de 20 kilómetros fueron canalizados y actualmente se adelantan obras en una parte del mercado, que le darán una nueva imagen a la capital atlanticense.
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Y ni qué decir de la perla del Sinú: Montería, su desarrollo gira en torno al río Sinú.
Las nuevas avenidas, puentes, y escenarios deportivos son sinónimo de sostenibilidad y competitividad. El auge comercial y empresarial ha permitido la llegada de inversión nacional y extranjera.
Montería cuenta hoy con más de 50 frentes de obras públicas y el desarrollo de proyectos privados de hotelería, industriales y de servicios que la llevan a asumir mayores retos en desarrollo social.
Otra perla es la de la sabana: Sincelejo. Hoy sus calles, parques infantiles, edificaciones y comercio buscan conservar la memoria histórica de la capital del porro y el fandango.
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