Se siguen conociendo detalles del carro bomba en el batallón de Cúcuta, ubicado en el barrio San Rafael de la capital nortesantandereana . Según reconstrucción de los hechos, la camioneta Fortuner ingresó a las instalaciones a las 12:35 p.m. del martes 15 de junio.
El vehículo avanzó hasta el dispensario y hacia las 2:45 p.m. fue movido cerca de la oficina de inteligencia de la brigada, zona donde también se encuentra el armerillo y la oficina de los militares de Estados Unidos. En ese sector estalló el vehículo: la primera detonación fue a las 3 de la tarde.
Luego de algunos minutos se registró una segunda explosión, esta vez muy potente, y todo se convirtió en caos.
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Dentro de las primeras investigaciones, el fiscal general, Francisco Barbosa, y el ministro de Defensa, Diego Molano, descartaron que los dos sujetos que entraron el carro bomba usaran prendas de la Fiscalía y dijeron que se investiga si se cumplió o no el protocolo de seguridad.
El fiscal Barbosa explicó que ya se identificó al dueño de la camioneta, quien dijo que la vendió el 4 de junio: “había hecho una negociación entre el 29 de mayo y el 4 de junio por un valor de 120 millones de pesos en dos pagos (…) ambos enviados a través de domiciliarios”.
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Tras el atentado terrorista, en toda la ciudad se duplicaron los controles de seguridad y el ministro Molano ratificó la recompensa de 500 millones de pesos para dar con el paradero de los responsables .
Por su parte, el Ejército informó que adelanta una investigación disciplinaria y relevó de los cargos a quienes dejaron ingresar el carro bomba. “A los servicios de la guardia, al oficial de operaciones, al ejecutivo y segundo comandante, y al comandante del batallón de apoyo de servicios para el combate”, manifestó el general Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares.
La explosión del carro bomba en el batallón de Cúcuta dejó 55 personas heridas, cuatro de ellas está graves.
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