Carnaval de Barranquilla: ¿cuáles son los personajes que representan este evento?

El Carnaval de Barranquilla ha perdurado por muchos años como una destacada tradición, considerada por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en el 2003. Esta festividad folclórica y cultural se ha arraigado como una de las más importantes del país.

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En este sentido, el carnaval despliega diversos escenarios representativos y cuenta con personajes emblemáticos que no pueden faltar en cada celebración. Estos personajes llevan consigo historias únicas, contribuyendo a crear la fascinante vibra que se experimenta en cada desfile. Es fundamental familiarizarse con estos personajes si tiene la intención de disfrutar plenamente de esta fiesta.

Personajes del Carnaval de Barranquilla

Aquí le presentamos algunos de los protagonistas que contribuyen a tejer la magia del Carnaval de Barranquilla:

• Reina del Carnaval: la figura fundamental en el Carnaval de Barranquilla es la Reina, considerada por muchos como el personaje principal que infunde alegría a toda la ciudad. Cada año, la Junta de la Fundación Carnaval de Barranquilla elige a una nueva Reina, generalmente en los meses de agosto y septiembre. La labor de la Reina consiste en ser el foco de atención, motivando a todos los habitantes de Barranquilla a participar y disfrutar de su temporada favorita del año: el carnaval.
  

  

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• La Marimonda: el disfraz de marimonda representa una unión entre un mono y un elefante. Inicialmente, se confeccionaba utilizando ropas viejas y parches, siendo una expresión de las clases sociales menos privilegiadas para burlarse de las clases altas.

  Con ello, demostraban la capacidad de disfrazarse y disfrutar sin necesidad de realizar grandes gastos. En la actualidad, las marimondas forman una de las comparsas más destacadas en todo el carnaval, destacándose especialmente "Las marimondas de Barrio Abajo".

  

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• La Negrita Puloy: de manera sorprendente, este atuendo tiene sus orígenes en una marca de detergente venezolana. En el empaque de dicho producto, se podía observar al personaje que actualmente participa en las celebraciones del carnaval.

  Una vez agotado el detergente, el disfraz fue retirado. Sin embargo, en 1983, La Negrita Puloy fue rescatada gracias a la comparsa "Las Negritas Puloy del barrio Montecristo".

  

  Janeth Charris/pexels

• Congo: este disfraz tiene sus raíces completamente en la cultura africana. Tanto la música como la vestimenta son rescatadas de las tradiciones del Congo en África.
  

  

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• El Garabato: se trata de una danza que busca, de alguna manera, burlarse de los desafíos constantes entre la vida y la muerte.

  Esta expresión también representa un legado de la cultura afrodescendiente, simbolizando el triunfo de la alegría sobre la tristeza y de la vida sobre la muerte. Es por esto que el contraste entre la pintura blanca y negra en el rostro es significativo, destacando el poder de la felicidad sobre la adversidad.

  

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• El descabezado: con su aspecto característico, el descabezado representa la histórica práctica de la decapitación, empleada antes para neutralizar opositores y adversarios durante períodos de agitación política.

  Este disfraz en el Carnaval de Barranquilla provoca desconcierto, portando en su mano un machete que utiliza para abrirse paso en los desfiles, amenazando a aquellos que se encuentran desprevenidos en el público.

  

  Alcaldía de Barranquilla

• María Moñitos: el personaje fue creado por Don Emil Castellanos, quien durante 25 años lo interpretó como una figura emblemática del Carnaval de Barranquilla. Encarnaba a una mujer, vistiendo un atuendo sensual y llamativo con colores vibrantes.

  Se colocaba la cabeza adornada con pequeños moños, usaba tacones altos y pintaba su rostro de manera extravagante, especialmente resaltando sus labios. A lo largo de los desfiles, con coquetería, obsequiaba besos y atrevidas caricias a los espectadores.

  

  Alcaldía de Barranquilla

• Joselito Carnaval: representa el regocijo, la alegría y el bullicio característicos de esta celebración en honor al Dios Momo. Después de cuatro días de intensa celebración, Joselito fallece, y su cuerpo es simbólicamente llorado y enterrado por las viudas alegres que compartieron con él esos días de jolgorio. El funeral de Joselito marca el cierre del espectáculo del carnaval.
  

  

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• El monocuco: se utiliza para ocultar la identidad de aquellos que desean mantenerse en el anonimato. Según el folclore local, durante la época en que Barranquilla era una villa, hombres adinerados, atraídos por la belleza de mujeres de bajos recursos, idearon este atuendo para conquistarlas sin revelar su identidad durante los carnavales, resguardándose de los chismes.

  El disfraz constaba de un ropón extenso de colores con una capucha para cubrir la cabeza, un antifaz veneciano que ocultaba el rostro con una pieza de tela, y el personaje llevaba consigo una encalla para intimidar a quienes intentaran descubrir su identidad al acercarse.

  

  X (anteriormente Twitter) @Carnaval_SA

• La loca: en el contexto del carnaval, los disfraces de loca rompen con el miedo a lo absurdo. En 1989, Ninfa Barros tomó la decisión de disfrazarse con el rostro sucio, harapos, ojos exorbitantes y sosteniendo una piedra en la mano.

  Con el paso del tiempo, este atuendo se convirtió en uno de los personajes destacados de la celebración carnavalesca. Ninfa Barros no solo ganó varios premios otorgados por el carnaval, sino que también se ganó el cariño de los asistentes.

  

  X (anteriormente Twitter) @Carnaval_SA

• Disfraz de muñecotas y cabezones: estos disfraces tienen sus raíces en Europa, adoptando un estilo característico de la región costeña. Los cabezones se destacan por su carácter burlesco y satírico, siendo común que caricaturen a personalidades conocidas.

  Por otro lado, las muñecotas son disfraces que representan mujeres gigantes, buscando llamar la atención por sus movimientos de cadera extravagantes.

  

  Alcaldía de Barranquilla

• Palenqueras: este disfraz rinde homenaje a las destacadas mujeres de raza negra que embellecen las playas y calles de la costa Caribe. Ellas portan grandes bandejas donde ofrecen cocadas, dulces, frutas y bollos.

  Aquellos que adoptan este personaje pintan sus labios de rojo y sus cuerpos de color negro, vistiéndose con trajes de mujer para participar en los desfiles carnavalescos.

  

  Fotografía: Diana Bracho

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