Con un espontáneo concierto, que brindan los 7 músicos de la banda ‘Son costeño’, buscan recursos económicos para subsistir en La Heroica.
Cada tarde y entrada la noche, en las calles de Cartagena irrumpe un contagioso sabor a fiesta.
“Han traído mucha alegría con su banda. Todas las tardes nos divertimos un poco viéndolos pasar”, dice Víctor Bustamante, cartagenero.
Yori Patiarroy, percusionista de la banda, asegura que “a través de la música tratamos de esconder la situación que está atravesando Venezuela, nos escondemos detrás de estos instrumentos”.
Publicidad
Esta generosa oferta de alegría y talento también es para ellos una terapia que los sobrepone del desarraigo familiar y otras penurias emocionales del exilio.
“Uno está acostumbrado a estar siempre con su familia, su esposa, sus niños, y la distancia es dura”, señala Néstor Sánchez, trompetista.
Publicidad
Del jolgorio diario sobreviven con dignidad e incluso envían ayuda a sus familias en Venezuela, sin embargo, no les alcanza para superar la dureza de la nostalgia.
“Hay días que uno se levanta con ganas de dejar todo aquí y salir corriendo para allá otra vez a reencontrarse con su familia”, expresa Gabriel Chacón, director musical de ‘Son caribeño’.
Pese a lo bueno que han encontrado en Cartagena, sueñan con un retorno pronto y feliz a la Venezuela próspera y en paz que aman entrañablemente.