En medio de un paisaje de contrastes se encuentra Boyacá. Los primeros días de 2024 han traído a este departamento fuertes heladas y voraces incendios forestales. La angustia de las comunidades es latente por cuenta de estos fenómenos.
Y es que el fuego de los incendios forestales está consumiendo hectáreas de vegetación. Además, las heladas echan a perder cultivos vitales para el sostenimiento de los campesinos que se dedican a la siembra de tubérculos como la papa o a la ganadería.
Las heladas han ocasionado que la producción de leche se reduzca, pues el frío extremo daña el pasto que comen las vacas. Con el paso de los días, el agua es escasa en varias regiones del departamento de Boyacá.
“Ha estado fuerte, fuerte. Hoy ha sido terrible la helada que amaneció”, manifestó Gustavo Sandoval, campesino afectado.
Mientras que en las madrugadas la temperatura puede ser de 5 grados y con heladas, durante el día aumenta a más de 22, una situación climática que termina de marchitar los cultivos.
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“Nos toca darles muy poquito pasto a los animales, se baja la producción y nos toca comprar suplementos”, aseveró Juan Diego Salamanca, campesino.
La ola de calor también seca la vegetación y crea un ambiente propenso para los incendios, como uno registrado en el municipio de Tinjacá. Allí las llamas ya consumieron unas 40 hectáreas de bosque nativo y de eucalipto y pino.
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Aunque las autoridades combaten las llamas, el viento las esparce y es más difícil controlar la conflagración.
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