Una vereda de Boyacá llamada San José de Rondón vive un verdadero calvario por estos días debido a que, literalmente, la tierra se está abriendo
tras un derrumbe. Los campesinos han perdido cultivos sin que se vea, por ahora, una solución.
"Estamos en un tiempo crítico, se nos acabó la lavaza, la vivienda, el ganado, los cultivos. Queda uno… no haya uno qué hacer”, dice don Olivero Martínez, quien no puede ocultar las lágrimas de preocupación por la situación.
El gigantesco movimiento en masa hoy tiene a varias familias atravesando quizás los peores momentos de sus vidas.
Sienten "tristeza, porque aquí nos criamos, mis viejitos nos dejaron estos terrenos y me duele mucho porque fue nuestro sitio donde nacimos, nuestro sitio donde nos criamos", dice Blanca Duarte, otra habitante de esta vereda de Boyacá.
Y es que, según las autoridades, la grieta más grande el día de la emergencia tenía aproximadamente 15 centímetros; días después ha llegado a medir hasta 70 centímetros. La afectación alcanzaría las 40 hectáreas, mientras la preocupación se sitúa en el río Mueche.
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"El río, a raíz del movimiento en masa, sufrió el taponamiento. Actualmente se encuentra todavía aposado, lo que se está viendo en el momento es que el agua ya rebosó y está pasando por sobre el terreno", advirtió el secretario de Planeación de Rondón, Julián David Cuervo.
Algunos de los damnificados ya fueron evacuados y permanecen en albergues temporales, otros se están quedando en casas de amigos. "Tenemos más de 30 familias afectadas, ayer trasladamos a más de seis familias; hubo pérdida de ganado, los cultivos de caña y café”, informó Sandro Rodolfo Borda, alcalde de Rondón.
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De otro lado, la vía principal que comunica a más de tres veredas quedó destruida, dejando a cerca de 200 familias incomunicadas. Unos 30 estudiantes tienen problemas para llegar a su colegio en el casco urbano.