Bogotá está llena de cambuches. Por las principales vías, en los andenes, por las entradas a la ciudad, en cualquier separador o debajo de los puentes hay techos improvisados levantados por personas que no cuentan con un hogar.
Colombianos y venezolanos deben recurrir, por necesidad, a resguardarse entre reciclaje y pedazos de lata. “Están hechos de madera, de cartón, plástico y pues ahí no es digno para vivir, pero la verdad vivimos aquí porque la pandemia fue la que los trajo”, señala una de estas mujeres.
Dicen que la necesidad los obliga a sobrevivir de cualquier forma, huyéndole al frío con cartones, latas y plásticos, “con lo que encontremos”.
“Es muy duro para hacer las necesidades porque no tenemos baño”, cuenta otra de las personas que, por estos días, ha sufrido la inclemencia de las lluvias.
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Aunque han recibido ayudas por parte del Ejército Nacional y otras entidades, estas personas que viven en los cambuches piden soluciones de fondo a las autoridades, específicamente viviendas dignas y con facilidades de pagar.