El pasado 15 de enero, Georgina David Montoya prefirió quedarse en su casa en lugar de irse para una finca con su familia, sin saber que sería la última vez que podría compartir con ellos. La mujer de 68 años se había quedado cuidando al perro de su hijo, en su vivienda, ubicada en un conjunto residencial de Itagüí, aunque su cuerpo fue hallado días después en una vereda en Caldas.
En la noche de su desaparición, la mujer dejó de recibir mensajes y llamadas de sus familiares, por lo que estos se alertaron y llegaron a su domicilio. Al entrar en la casa, descubrieron a la mascota sola y la vivienda desorganizada, por lo que pensaron que se trataba de un posible secuestro.
Georgina David Montoya era una empresaria del sector hotelero, pensionada y tenía ahorros de una década que vivió en Estados Unidos. Según los vigilantes de la unidad donde vivía, la última persona que habría entrado a su casa sería alguien con quien la mujer estaba asociada en el negocio de los hoteles.
Los familiares de la mujer instauraron la denuncia de su desaparición ante la Fiscalía y no fue sino 18 días después que se confirmaron noticias de su paradero. En una llamada de Medicina Legal les dijeron que habían encontrado el cadáver de alguien que podía corresponder a las características de Georgina.
El cuerpo, que se encontraba calcinado y en avanzado estado de descomposición, fue descubierto por un trabajador de una finca en la vereda El 60, sector El Comino, en el municipio de Caldas, en Antioquia, ocho días antes de ser reportado a sus familiares. Sin embargo, debido a las condiciones en las que estaba, las autoridades no pudieron saber inmediatamente de quién se trataba.
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Fue por medio de la carta dental que se pudo establecer que la identidad de la mujer correspondía al cuerpo de macabro hallazgo. Las autoridades se encuentran investigando las causas de su fallecimiento para esclarecer quién o quiénes están tras el trágico final de la empresaria en Caldas.