Una de las más despiadadas bandas internacionales de traficantes de animales fue desarticulada por la Armada de Colombia y la Policía en el Amazonas. La red transportaba en pésimas condiciones sanitarias fauna que está en peligro de extinción.
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Los traficantes se movilizaban por el Amazonas en una embarcación peruana, que fue interceptada por los guardacostas de la Armada.
“La embarcación generó una alerta para los guardacostas, ya que navegaba de forma irregular con el fin de atracar en el puerto de Leticia, Amazonas, sin tener los permisos reglamentarios”, afirmó el vicealmirante Harry Ernesto Reyna, comandante de la Fuerza Naval del Sur.
Durante la inspección al bote, que aparentemente se dirigía hacia Brasil, las autoridades se llevaron tremenda sorpresa.
“Encontramos 41 metros cúbicos de madera incinerada tipo caracolí, distribuidos en 350 bultos. Cuando la Armada de Colombia, junto con las autoridades ambientales, inicia el desembarque del material incautado, se halla en un compartimento las 12 tortugas y los 72 huevos de tortugas de las especies morrocoy, charapa y taricaya, que eran traficadas ilegalmente”, sostuvo el oficial.
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Esta fauna es considerada en peligro crítico de extinción. “Las tortugas de agua dulce de la especie morrocoy, charapa y taricaya se encuentran catalogadas como especies vulnerables y en peligro crítico de extinción en Colombia, debido a que son extraídas de su hábitat natural para traficarlas de forma ilegal, para comercializarlas en el mercado de las mascotas o son cazadas para el consumo humano”, explicó el almirante Reyna.
Las autoridades también se declararon en alerta por la cantidad de madera incautada que transportaban los traficantes.
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“Para traficar los 41 metros de madera incinerada tipo caracolí se tuvo que talar aproximadamente una hectárea y media de bosque vivo, produciendo daños irreparables para la reforestación del medioambiente”, señaló el oficial.
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Esta fauna colombiana termina especialmente en manos de traficantes peruanos y brasileños.
“Hemos podido establecer que en esta región de la triple frontera delinquen redes de tráfico de fauna, las cuales trabajan al servicio de las mafias brasileras. La madera incautada tiene un valor de 12 millones de pesos colombianos y para las tortugas, aunque no existe un precio de referencia, se pueden encontrar en el mercado informal en un valor de 20 a 30.000 pesos colombianos”, puntualizó el comandante de la Fuerza Naval del Sur.
Mientras que en la acción judicial fueron capturados dos señalados traficantes peruanos, que podrían pagar hasta 30 años de cárcel, las autoridades ambientales regresaron a la libertad a un oso perezoso, que transportaban en una jaula, a varios reptiles y a las tortugas con sus bebés, consideradas en peligro crítico de extinción.