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Cae en Medellín peligrosa red de trata de personas: era de las más buscadas en el mundo

Autoridades capturaron a uno de los proxenetas más peligrosos del país, quien lideraba la red de trata de personas. Bajo falsas promesas, obligaban a mujeres a prestar servicios en México.

Así cayó poderosa red de trata de personas que obligaba a mujeres a prestar servicios en México

En una lujosa mansión en Medellín, las autoridades colombianas arrestaron a Cristóbal Paulino Fernández Beamonte, de origen cubano-mexicano, acusado de ser un proxeneta en el negocio de la trata de personas en América.

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El hombre había establecido un imperio de gastrobares en el sector de Parque Lleras, utilizando estos establecimientos como anzuelo para captar víctimas bajo engaños.

Así operaba en México la red de trata de personas


Según la investigación, el proxeneta reclutaba mujeres con falsas ofertas de empleo, prometiendo salarios entre tres mil y cuatro mil dólares semanales, solo para obligarlas luego a prostituirse en sus bares, ubicados en México.

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Una vez cruzaban la frontera, las condiciones cambiaban drásticamente: eran transportadas desde Cancún hasta Mérida, Yucatán, y despojadas de sus pertenencias y documentos.

Soledad Alejandra Peña, conocida como La Capitán, quien coordinaba estas operaciones en México, fue capturada durante múltiples allanamientos.

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Las víctimas eran forzadas a firmar contratos donde asumían deudas ficticias, utilizadas para justificar su explotación.

Además, se descubrió la posible implicación de agentes de inmigración mexicanos en esta red, sugiriendo un entorno de corrupción que involucraba a autoridades.

Lo capturaron gracias a un llamado de auxilio


El modus operandi de Fernández Beamonte incluía el uso de redes sociales para reclutar y controlar a las mujeres, imponiendo multas y severos castigos a quienes se negaban a ofrecer servicios.

Sus víctimas, en su mayoría menores de veinticinco años, eran expuestas en catálogos en línea.

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La vida ostentosa de Fernández Beamonte en Colombia, evidenciada por su patrimonio multimillonario y sus actividades diarias en gimnasios donde buscaba nuevas víctimas, fue meticulosamente investigada por una unidad especializada de Interpol en Medellín.

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