Al unísono y desde las ventanas, la cacerola fue la voz para que miles de colombianos se manifestaran en el paro nacional , tras las marchas del 28 de abril. Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla fueron algunas de las ciudades de Colombia donde se sintió esta particular protesta, en horas de la noche.
En Bogotá, las cacerolas y las ollas retumbaron a lo largo y ancho de la capital. Los sonidos empezaron en el norte, entre la calle 170 y la calle 134, y se fueron sintiendo muy fuerte en localidades como Chapinero, a la altura de la calle 53, y en la localidad de Kennedy.
En Cali, los ciudadanos siguieron manifestándose desde sus viviendas. Las cacerolas sonaron en varios barrios de la ciudad, como símbolo de protesta contra la reforma tributaria .
Mientras tanto, el Ejército y la Policía continuaban en las calles patrullando y evitando situaciones que alteraran el orden público.
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Los habitantes de Medellín y el Valle de Aburrá se hicieron sentir con sus utensilios de cocina. Entrada las siete de la noche, las ollas y las cacerolas repicaron por varios minutos.
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Barranquilla no se quedó atrás y los ciudadanos también se pronunciaron con cacerolazos, un símbolo de protesta que cada vez es más popular en el territorio nacional.