Hay angustia y desesperación en una familia que vive en Girón, Santander,
tras la desaparición hace cuatro días en el río Bravo, en la frontera de Estados Unidos, de dos niños colombianos, de 4 y 6 años, que viajaron junto a su madre hacia Norteamérica en busca de mejores oportunidades.
Madre e hijos salieron hace cinco meses de Colombia, pese a que su familia le rogó que se quedara. Así lo cuenta Mercedes Echavarría, tía de los pequeños: “Ella se fue y yo le dije ‘no se vaya, Yinit, acá también puede hacer lo que usted puede hacer allá, haga lo mismo acá’. Aquí todo el mundo le dio la espalda a ella”.
Yinit Galán, madre los niños colombianos, llamó a su hermana Yulitza Galán desde Estados Unidos para contarle lo que sucedió después de atravesar la selva del Darién.
Le dijo que estaba en un sector del río Bravo, conocido como Tierras Negras, a menos de dos días de llegar al país norteamericano, pero “el río como que se creció y el muchacho que iba detrás de ella entró en pánico, se empezó a ahogar y se agarró de mi hermana y la hundió. Mis sobrinitos se soltaron y hasta el sol de hoy no sabemos nada de ellos”.
Yinit fue rescatada con vida y permanece en un albergue en Nueva York, desde donde pide desesperada una razón sobre sus hijos.
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“Los están buscando por todos lados, la doctora ha llamado a muchos lados, pero en ningún lado están los niños”, dijo en medio de la angustia.
Sin embargo, hace pocas horas la guardia fronteriza informó el hallazgo de dos menores de edad con características similares a las de los niños colombianos desaparecidos, lo que alimenta la esperanza de la familia.
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La señora Mercedes está segura de que “los niños están vivos y que ellos sí son los niños que rescataron, ellos sí son, se ven muy claramente y yo los conozco porque desde que nacieron esos niños siempre han estado con nosotros”.