Esteban Buitrago, amigo y compañero de Mauricio Leal que trabajó con él durante los últimos 8 años, habló con Los Informantes sobre la relación del estilista con su hermano y asesino, Yhonier Leal, un año mayor que él.
Esteban se encargaba de las fotos, videos y la estrategia digital de la empresa de Mauricio Leal y fue quien les dijo a las autoridades cuál era la contraseña del celular de su amigo, la primera pista que dirigió la investigación al único sospechoso y confeso asesino.
¿Cómo inició la carrera de Mauricio Leal?
Esteban, que era taxista cuando conoció al estilista asesinado, dijo en Los Informantes que su amigo “empezó vendiendo arepas, repartiendo periódicos, salía del colegio e iba directamente a una peluquería que quedaba en frente, se la pasaba mirando desde la calle cómo hacían las cosas, desde el principio le gustaba eso”.
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Esa vida inició en Cartago, Valle del Cauca.
Junto a Yhonier Leal trabajó con el azadón en cultivos, también fueron obreros y finalmente Mauricio entró a trabajar en un salón de belleza que era de Luz Elena Betancourt, quien luego se convertiría en la esposa de su hermano mayor.
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Mauricio, con un talento natural, se fue a Cali y allí le enseñó a Yhonier todo lo que sabía. Luego se trasladó a Bogotá donde se convirtió en un reconocido estilista.
Las deudas de Yhonier Leal y la envidia que le tenía a su hermano
Esteban, quien afirmó sobre Mauricio Leal que en “todos los años que le conocí jamás le vi pareja”, habló de la relación de los hermanos.
“Me mostraba los textos y audios que hablaba con su hermano, porque teníamos una relación de amistad muy cercana. Me decía ‘qué opinas de esto que dice mi hermano’, le decía ‘con todo el respeto, Mauro, te digo, siento como si te tuviera envidia’”, relató.
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El amigo del estilista insistió en que “se notaba mucho la envidia. ‘Es que tú preferiste gastar tanta plata en esto en vez de colaborarme a mí que soy tu hermano’. Me parecía muy envidioso, uno puede ayudar a su familia, pero no ser el marrano que esté manteniendo a todo el mundo”.
Y es que, aseguró Esteban, Mauricio asumía algunos gastos de sus sobrinos.
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“Me dijo ‘yo le quiero pagar la universidad, que estudien, que sean productivos, les compraba computadores’, muy noble en eso”, recordó.
Recalcó que Marleny Hernández, asesinada junto a su hijo, demostraba que Mauricio era su preferido: “se preocupaba si ya comió o no”.
Y mientras tanto, Yhonier Leal vivía inmerso en deudas. Según la investigación, tenía cuentas pendientes de 300 millones de pesos y no contaba con plata ni para las clases de fútbol de su hijo menor, gasto que también asumió Mauricio.
El asesinato de Mauricio Leal
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Esteban reveló que ese día llegó temprano a la peluquería porque “habíamos cuadrado que iba Miss Colombia y Miss Germany, entonces tocaba hacer un video para un blog, para las redes sociales”, pero cuando trató de localizar a su amigo “me rechazaron la llamada, lo llamé dos veces”.
Cuando descubrieron los cuerpos del estilista y su mamá, sostuvo, “me llamaron porque manejaba la parte digital de Mauricio, también me sabía la clave del celular de Mauricio”.
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“Cojan el celular de Mauricio, Mauricio jamás borraba ninguna conversación, si necesitan la clave del celular con mucho gusto se las doy”, les dijo a los investigadores.
El día del funeral, según él, “yo cargué el féretro de Mauricio, con lágrimas y todo. Me despedí de él, le decía que gracias, porque son las únicas palabras que tengo para él, gracias, y allá estuvimos todos”.
Pero la actitud de Yhonier Leal le impactó, porque, manifestó, “la verdad ni una lágrima le vi, lo vi muy tranquilo”.
Con dolor, Esteban no logra imaginar cómo serían los últimos momentos de vida de su amigo y jefe.
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“La angustia tuvo que ser muy grande de Mauricio al saber que su propio hermano lo estaba torturando. Mauricio era muy delicado, se pinchaba con una aguja y hacía un escándalo y saber que alguien lo está torturando a punta de cuchillos, enterrándoselos, tuvo que ser escalofriante para él”, comentó.