Noticias Caracol habló con el único guardián de la Universidad Nacional que protege el edificio administrativo que encapuchados, según él, quieren quemar.
El hombre está encerrado en la edificación desde el pasado lunes, 8 de abril de 2024, y asegura que no se moverá del lugar.
La toma el edificio Uriel Gutiérrez de la Universidad Nacional, sede Bogotá, empezó el pasado lunes. Pese a que un vigilante intentó persuadir a los encapuchados, no fue escuchado.
En este edificio, además de la rectoría y áreas administrativas, funciona el cerebro de la Universidad Nacional, la oficina de control, desde donde se maneja y monitorean los sistemas de cámaras y el sistema eléctrico del campus y edificios externos.
Es allí donde precisamente ya completa más de 70 horas encerrado y contra su voluntad el único guarda que custodia el sitio y quien le narró a Noticias Caracol los difíciles momentos que ha tenido que vivir por cuenta de esta toma violenta.
“Los muchachos vinieron, golpearon la puerta, violento, que iban a sacar, que iban a quemar este centro de control, que esto no le servía a la universidad, que no querían ser controlados por ningún ente”, señaló el guarda de seguridad de la Universidad Nacional.
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Dice que no saldrá del lugar hasta que se garantice la seguridad, incluso por encima de su propia vida. “Yo estoy aquí prácticamente en contra de mi voluntad, pero estoy con el compromiso que me da llevar 34 años de servicio en la Universidad Nacional”, manifestó.
Sabe que si pone un solo pie fuera sin que haya un relevo por parte del mismo personal, la seguridad del campus quedará a merced de los encapuchados.
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“Los muchachos quieren que yo me salga de acá para poder vandalizar el centro de control. La verdad que es bastante estresante estar aquí privado de la libertad y no salgo porque sé que van a quemar el edificio, van a quemar todos los equipos. No salgo porque temo por mi integridad física”, afirmó.
Y con impotencia describe cómo a través de las cámaras es testigo de los destrozos.
“Lo vandalizaron, dañaron los equipos de seguridad, atracaron a los vigilantes, se robaron un radio de comunicaciones. Lo más absurdo es un encapuchado con puñal en mano sobre una mujer para quitarle el radio de comunicaciones, eso es inaceptable”, narró el hombre.
Solo hacia el mediodía de este jueves, a través de la mediación de Personería y Ministerio del Interior, logró comer después de cuatro días. Una toma que está generando graves estragos para el funcionamiento de la universidad.
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“Tenemos ya requerimientos jurídicos de la Universidad que, si no los cumplimos, la Universidad se va a empezar a ver afectada porque están en físico dentro del edificio”, indicó Lorena Chaparro, vicerrectora de la Universidad Nacional en Bogotá.
De otro modo, en una carta 604 docentes piden que se respete la autonomía universitaria en relación con la elección del nuevo rector, que sería el detonante de esta protesta.