Dos familias claman justicia dos meses después de que un carro fantasma matara a una mujer y atropellara a un ciclista en Bogotá, a plena luz del día. Pese a haber recolectada las pruebas del automotor que al parecer provocó la tragedia y habérselas entregado a la justicia, el caso no ha avanzado.
El accidente se registró en la avenida Villavicencio con transversal 34 sur.
Viviana Paola Romero Beltrán, de 24 años, estaba en un paradero lista para ir a su trabajo. Eran las 7:30 de la mañana del 5 de julio de 2021.
Entonces un carro fantasma salió de la nada, “se sube al andén, donde Paola estaba esperando el bus, la arrolla a ella y luego al instante del semáforo me arrolla a mí, me bota, yo caigo hacia las latas”, narró Fredy Nicolás Sánchez, el ciclista que también fue embestido.
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“Él sigue derecho, casi se sube al separador donde casi se vuelca. Se baja del vehículo señalándonos, como si nuestras vidas no le importaran. Sigue por la avenida Villavicencio hacia el norte, primer semáforo y coge mano derecha”, agregó.
La familia del joven se dio a la tarea de buscar el carro fantasma y logró ubicarlo en un taller “el mismo día del accidente”, dijo María Teresa Beltrán, la mamá de la víctima fatal.
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Allí lo estaban arreglando “para que no mostrara evidencia del accidente”, sostuvo la mujer.
Fredy Nicolás afirmó que hablaron “con la investigadora de tránsito y con las pruebas que nosotros mismos recopilamos se las llevamos a la investigadora, la cual nos dijo que tras pasar cuatro días se las entregaba al señor fiscal, donde (dicen) ‘no nos ha dado pruebas de nada’”.
Volvieron con “la investigadora y no nos atendió porque no estaba. Salió a descanso. El proceso no lo había pasado. Lo dejó ahí y se fue de vacaciones”, añadió.
Dos meses después, mientras el conductor del carro fantasma sigue andando impune, Fredy Nicolás sigue sufriendo las secuelas del choque.
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“Me dejó una costilla hundida, no puedo caminar bien, no puedo trotar, no puedo correr, al caminar me ahogo”, cuenta.
La mamá de Paola, mientras tanto, dice que seguirá haciendo protestas “para que mi voz sea escuchada, para que la voz de mi familia sea escuchada. No nos han hecho acompañamiento ni de psicología, nada, no nos dicen qué ha pasado con el caso habiendo entregado pruebas”.
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