Una imponente piedra pasó por encima de uno de los habitantes del barrio Bella Flor, uno de los caseríos de la localidad de Ciudad Bolívar que más se ha visto afectado por las recientes lluvias que se han presentado en Bogotá. Andrea Avella, habitante del sector, relata que el hombre agonizaba mientras algunos habitantes de su cuadra, en medio del aguacero, intentaban liberarlo de aquella vasta roca que había caído desde una parte de la montaña.
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"A la esposa del señor le afectó un pie y el brazo tengo entendido que ella lo puede perder", afirma Andrea Avella, una de las habitantes de este barrio, quien asegura que lo ocurrido en este sector durante las últimas semanas, producto de las intensas lluvias, ha aguado el sueño de las decenas de familias que viven en esta parte de la ciudad.
Avella asegura que, solo durante la primera semana de lluvias, se vieron afectadas cuatro viviendas y seis personas quedaron heridas: tres adultos y tres menores. De los infantes se supo que, aunque estos se vieron afectados, las heridas fueron leves.
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"Durante la siguiente semana siguió lloviendo nuevamente. Empezó a llover desde las 2 de la tarde. Era la 1 de la mañana y no paraba de llover. Cada vez llovía más fuerte", dijo la habitante del sector.
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Avella asegura que, en plena lluvia y luego de los primeros estragos, La gente seguía saliendo de sus viviendas porque escuchaba como se derrumbaba, cada vez más, el terreno en el que se encontraban. "Salían corriendo con sus niños y demás familiares. Allí hay personas con discapacidad y, del mismo susto y así lloviendo, tenían que estar en la calle", añadió la mujer.
Mientras la autopista Norte se inundaba y el tráfico de la ciudad empeoraba, en Bella Flor se registraban otras dos viviendas afectadas. Una se había caído y la otra tenía graves afectaciones porque una roca había chocado contra sus muros.
"En una vivienda hay una piedra, que fue la que afectó a la familia. Esa piedra quedó en el centro de una vivienda y esta es la hora en la que la dueña de esa casa no ha tenido colaboración de absolutamente nadie para poder sacarla", relató Andrea, añadiendo que han sido los habitantes de la casa quienes han intentado romperla para retirarla por fragmentos.
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En temporadas más secas, el barrio Bella Flor asombra a sus visitantes por las montañas que lo rodean y la vista que tiene de gran parte de Bogotá. Sin embargo, el panorama actual solo retrata escombros de algunas casas que se han visto afectadas por recientes deslizamientos y la incertidumbre de sus habitantes, quienes, aunque han sido advertidos para evacuar la zona, no tienen a donde ir.
"Muchos de los que estamos allí no tenemos donde quedarnos. A otros si les dan una posada o algo, pero no les van a dejar por mucho tiempo", explica Andrea mientras sostiene que, aunque varias entidades de la Alcaldía se han presentado para solicitarles evacuación por el alto riesgo, tomar la decisión no es una tarea fácil:
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"El Idiger y la Alcaldía se han presentado, también se ha presentado Hábitat. Ellos han dado soluciones de una ayuda única y dicen que debemos evacuar porque la zona es de alto riesgo y primero está en nuestras vidas. Sí, es así, no están en ninguna equivocación. Pero para nosotros es difícil irnos y dejar nuestra vivienda ahí tirada sabiendo que van a haber personas que se van a adueñar de ella y de nuestras cosas".
Para nosotros es difícil irnos y dejar nuestra vivienda ahí tirada, sabiendo que van a haber personas que se van a adueñar de ella y de nuestras cosas.
Mientras algunos afectados han sido acogidos por vecinos, otros, para evitarles incomodidades, han preferido dormir en la calle para prevenir incidentes dentro de sus hogares. "Algunos vecinos han dormido en la calle mientras pasa el agua para no correr el riesgo, y más cuando hay niños pequeños", añade Andrea.
En cuanto a la ayuda distrital la habitante de Bella Flor sostiene que las autoridades, pese a haberles brindado auxilio, les han dicho que solo pueden ayudarles con un porcentaje para que los afectados adquieran una casa o apartamento propio en los que sus vidas no estén en riesgo cada que ocurren estos fenómenos climáticos:
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"Ellos dijeron que ya ahorita no había nada nada gratis, por si era lo que estábamos esperando, pero nosotros no estamos queriendo nada gratis. Nos dijeron que teníamos que ahorrar 30 millones de pesos porque Hábitat ponía otros $ 70 millones para adquirir la vivienda, pero, con todo respeto, si nosotros tuviéramos esos 30 millones o fuera tan fácil ahorrarlos en un mes (o menos) ya estuviéramos comprando nuestra propia vivienda en otro lado".
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Lo que han solicitado los afectados, según lo explica Andrea Avella, es que este cobro que deben pagar los afectados se realice pero de manera paulatina, pues, asegura, para estas familias "pasan años y años para poder obtener 30 millones de pesos".
"Si ellos dicen que nos dan 70 millones para vivienda, ¿pues por qué no compraban las viviendas, no las entregaban y nos hacían firmar algún documento dónde nosotros por medio de un banco estuviéramos pagando las cuotas como si fuera un arriendo? ", añade la mujer afectada.
Las pocas lluvias que se han presentado durante la última semana en Bogotá preocupan a quienes esperan que el nivel de los embalses se recupere pronto, pero les dan cierto respiro a los habitantes de Bella Flor, quienes pierden el sueño cada que las gotas de lluvia empiezan a caer contra los techos de sus hogares.
¿Qué ha dicho la Caja de Vivienda Popular y Hábitat sobre los deslizamientos en Bogotá?
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Este medio consultó con la Secretaría de Hábitat de Bogotá. Sin embargo, la entidad aseguró que, aunque esta cuenta con algunos programas de vivienda, la encargada de llevar a cabo los programas de reasentamiento en estas emergencias es la Caja de Vivienda Popular (CVP).
El director de la Caja de Vivienda Popular (CVP), Juan Carlos Fernández, le dijo a este medio que desde la entidad se adelantan esfuerzos para acompañar a los afectados en medio de los recientes deslizamientos que se han presentado en la capital del país, principalmente con las familias que habitan en zonas de alto riesgo no mitigable.
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Sin embargo, aunque desde la entidad se trabaja por ayudar a las personas afectadas y que viven en zonas de alto riesgo, las cifras indican que el número de familias que deben ser reasentadas es muy grande con respecto a las ayudas de vivienda que puede brindar el CVP:
"En este momento tenemos un concepto técnico delInstituto de Riesgo de Bogotá de más de 6.000 familias que deben ser reasentadas para que salgan de alto riesgo no mitigable. Este año hemos asentado a más de 140 familias y el próximo año tenemos una meta de reasentar a 550", añadió Fernández.
El apoyo económico que reciben los afectados que entran al programa del reasentamientos, según Fernández, incluye el auxilio para que las familias puedan pagar una vivienda en arriendo mientras la entidad les da un inmueble definitivo:
"Tan pronto una persona entra en programa de reasentamientos, con concepto técnico del Idiger, la familia entra en el programa y, a partir de ahí, le damos un apoyo económico para que pueda asumir un arriendo mientras le damos una vivienda nueva definitiva".
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El funcionario asegura que el valor único de reconocimiento, el cual es aquel presupuesto con el que dispone la entidad para asignarles una vivienda nueva a las familias afectadas que ingresan al programa de reasentamientos, logra cubrir un valor máximo de 90 salarios mínimos mensuales vigentes (SMLMV):
"Tenemos algo que llamamos el valor único de reconocimiento, que son hasta 90 SMLMV, y con ese presupuesto que tenemos por familia o predio, mejor dicho, podemos entregarles una vivienda nueva de interés prioritario".